Ocho años en desidia tiene comunidad Manuelita Sáenz

“Hemos tenido que tomar la iniciativa por la falta de gobierno, no hemos visto al alcalde; cuando estaba en campaña llegó a la entrada de la comunidad y desde entonces no se supo más de él. Ni lo conocemos”
“Hemos tenido que tomar la iniciativa por la falta de gobierno, no hemos visto al alcalde; cuando estaba en campaña llegó a la entrada de la comunidad y desde entonces no se supo más de él. Ni lo conocemos”

Pasan los años y las autoridades se hacen de la vista gorda con una localidad que al principio se conoció como “invasión” por la necesidad inmediata que tenían de vivienda. La falta de respuesta de los organismos gubernamentales hizo que los vecinos tomaran acciones. Armaron casas en los terrenos baldíos, lo que trajo consigo el trabajo mancomunado entre residentes y el abandono al verdadero problema habitacional.

Los vecinos de la etapa cuatro abrieron las puertas para explicar el caso que los agobia. Los comentarios generados entre los mismos vecinos es que se encuentran en una “cuidad de antaño” donde todavía abundan las carreteras de tierra, existe un solo alcantarillado y se encuentran marginados.

Han transcurrido ocho años desde que invadieron y echaron ripio y siguen esperando que el bacheo llegue a la comunidad, por ahora han  quedado como la guayabera, por fuera.

Esterina Alcalá relata “hemos tenido que tomar la iniciativa por la falta de gobierno, no hemos visto al alcalde; cuando estaba en campaña llegó a la entrada de la comunidad y desde entonces no se supo más de él. Ni lo conocemos”, puntualizó.

La comunidad ha ido creciendo, generación tras generación se sigue formando en el sector donde la inseguridad es el pan nuestro de cada día y los servicios básicos como alimentación y salud pueden llegar a ser un lujo a pesar de que deben  ser garantizados a los ciudadanos porque lo exige la Constitución.

Luz intermitente genera estragos

El alumbrado público es débil debido a la infinita conexión de cables en el poste de luz, los vecinos han registrado bajones y fallas que ocasionan pérdidas de neveras, lavadoras, microondas y celulares.

“Hemos estado a punto de perder la comida, compramos cavas con hielo por el miedo a perder lo que tenemos”, indicó una vecina que prefirió mantenerse en el anonimato.

Piden que Corpoelec llegue como servicio primario, al igual que el agua y asfaltado para empezar a conformar la comunidad y dejar a un lado la pobreza en la que se vive.

Se sienten como en África

El hecho de que no tengan algo tan vital para el cuerpo humano como el agua es alarmante, No tienen tuberías, no pueden pagar cisternas, lo que hacen es recogerla de una toma donde se surten con una manguera para todas las etapas llenando tanques y tobos, lo que  aumenta la proliferación de mosquitos que  generan dengue y chikungunya.

El agua que ingieren no es potable en su totalidad y han aumentado las enfermedades estomacales en la comunidad por la insalubridad, aseguran que es lo que tienen.

La salud es intermitente

Viven en insanidad constante, los brotes de la fiebre chikungunya aumentan cada vez más, familias enteras han tenido el virus y la falta de ambulatorios cercanos los obliga a emprender una odisea para ser atendidos.

“El chikungunya ha aumentado, el ambulatorio más cercano que tenemos es el Barrio Adentro de José Gregorio pero caminar con un enfermo hasta allá son casi 20 minutos”, dijo Alcalá.

Fue contundente al señalar que el transporte solo llega a la entrada de la comunidad y la basura es recolectada por los vecinos y puesta en el espacio que tienen, ubicado en la entrada de la urbanización, donde el container brilla por su ausencia.

Médicos de la capital mirandina han reportado que los índices de problemas respiratorios han aumentado por la cantidad de basura que existe en las comunidades, aseguran que los síndromes febriles suben y bajan por la basura constante y los virus que viajan a través del aire.

El consejo comunal tramita

No todo lo que pasa en la comunidad es malo. El consejo comunal que está recientemente constituido se encuentra agilizando los trámites para que los proyectos sean un hecho, construyan las casas y se materialice el asfaltado que claman.

“La semana pasada tuvimos una reunión con la directiva del consejo comunal, estamos esperando que ellos nos den las buenas nuevas y saber qué se consigue para la mejora de nuestra comunidad”,  dijo.

Para finalizar, los vecinos clamaron a Francisco Garcés que solvente  los problemas que agobian a la comunidad Manuelita Sáenz y deje el proselitismo político.

Moisés Mercado – mmercado@diariolaregion.net / @MoisesMercado

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