
Para muchos se trata de muñecos que atraen la suerte, riqueza, salud o amor; para otros, los llamados Voodoo Dolls son perfectos para lucirlos como llavero, colgante de cartera, en el retrovisor del carro o como recuerditos. “Todos esos usos son válidos”, sentencia Luis José Villarroel, creador de la marca venezolana “Creepy Dolls”, tras resumir en dos palabras lo que para él significan: arte puro.
Comenzó a elaborarlos en 2010, cuando por casualidad observó uno de estos muñequitos hechos de hilo; “me gustaron mucho y le dije a mis amigos: los voy hacer yo mismo”. A pesar de la incredulidad de sus panas, en pocas semanas Luis José había sacado el primero.

“Ni recuerdo cómo era, lo boté; era horroroso”, recuerda entre risas tras revelar que gracias al uso de tutoriales en Youtube y la revisión de cientos de páginas en Internet comenzó a perfeccionarlos.
“Para esa época no habían prácticamente tutoriales en línea, encontré una página con bocetos y fue así como poco a poco fui haciéndolos cada vez mejor”, recuerda el joven ingeniero civil de profesión, quien actualmente vende sus “Dolls” no solo en Venezuela sino en Italia, Chile y EEUU.
Creepy Dolls, su marca y pequeña empresa, produce muñecos hechos con cuerda o hilos, elaborados completamente a mano usando la técnica de enrollado; “se trabaja el hilo hasta lograr darle forma al muñeco y luego la creatividad es la encargada de darle vida a cada Doll, añadiendo detalles características y especiales a cada uno y logrando como resultado muñecos únicos y artesanales”.

Su “catálogo digital” en Instagram muestra hasta la fecha más de 140 modelos desde Wally y Eve, pasando por Maleficent Dolls, Hulk, Wolverine, Capitán América hasta Michael Jackson Doll. “Hasta ahora creo que he hecho más de 350 muñecos, los piden tanto para regalos como para decorar arbolitos de Navidad, se usan como amuletos, para coleccionarlos o como recuerditos en cumpleaños y otros eventos”, detalla.
Como todo emprendedor 2.0 Villarroel no tiene una tienda física, la suya es digital y le va fenomenal. “Tengo cuentas en todas las redes sociales que existen pero debo reconocer que al abrirla en Instagram aumentaron las ventas”.
El joven vive y trabaja como ingeniero civil en Puerto Ordaz, “dedico solamente los fines de semana a realizar los pedidos que me hacen a través del Whatsaap, es mi segundo trabajo, mi empresa personal”, refiere.

Sus Dolls los lucen en ciudades como Maracaibo, Caracas, Barquisimeto y Valencia; “los piden de todos lados, recientemente tuve un encargo de 65 Elvis Presley Dolls para un cumpleaños”, recuerda.
Indica que la escasez generalizada de productos que atraviesa el país también ha tocado su negocio, pues ya no hay la variedad de hilos que se encontraba en el pasado reciente, “fui hasta Caracas hace pocos días pensando que allá podía encontrar el pabilo de colores que utilizo pero tampoco se consigue”.
A pesar de eso no se desanima y actualmente se prepara para participar este fin de semana en un bazar que se realizará en su ciudad. “ Se llama Innovar, es la primera vez que mostraré mis muñecos en un bazar, se que me irá genial porque se trata de algo completamente novedoso”, asegura.

Por ahora no tiene pesando abrir una tienda y descarta vender sus muñecos al mayor, pues asegura que su prioridad es defender su marca; “me encanta vendérselos a personas que los ven como lo que son, una pequeña obra de arte que necesita horas para su diseño y confección”.
Aclara que el precio de cada uno varia dependiendo del tamaño y diseño y que generalmente se adapta a las exigencias del cliente, quienes le piden hasta perritos y otros animales. “Sin duda se trata de un regalo súper original y distinto para esta próxima Navidad”, indicó.
Para contactar a Villarroel y ver todos los modelos de “Creepy Dolls” pueden hacerlo a través de su cuenta en Twitter @Creepy_Dolls en Instagram por @Creepydolls311 en su Facebook Creepy Dolls y en Pinterest @Creepydolls311.gf
Daniel Murolo [email protected] / @dmurolo
Origen
La historia u origen de los “string Dolls” no es clara, se cree que se originó en el norte de Tailandia y se extendió rápidamente a través del resto de Asia. Los muñecos Vudú (Voodoo Dolls) se han convertido en una moda que comenzó en el continente asiático y que ahora se han extendido en toda Europa y América llegando a Venezuela por medio de Creepy Dolls.
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