
Lo que antes parecía ser un conjunto residencial completamente dotado, rodeado de jardines bien diseñados y parcelas imponentes ahora es todo lo contrario; la realidad al parecer superó la ficción en la urbanización La Quinta, donde los problemas son todo un rosario.
Los vecinos se han venido quejando de que recientemente se ha incrementado la inseguridad en el urbanismo, varios apartamentos fueron visitados por delincuentes que se han llevado todo lo que han encontrado a su paso; un ejemplo reciente han sido los apartamentos de la torre 10, donde han hurtado desde electrodomésticos hasta piezas de vehículos, sin dejar de mencionar que hasta un secuestro quedó escrito en el libro de vida del conjunto residencial.
“Hace varios meses una familia fue víctima de un secuestro en su vivienda, varios sujetos fuertemente armados irrumpieron en el hogar donde conminaron a todos los presentes a entregar los objetos de valor, poco después abandonaron el sitio y la policía no pudo dar con los responsables por el sigilo con que actuaron”, comentó un lugareño que prefirió mantener su identidad en el anonimato.
“La inseguridad ha venido aumentado cada vez que pasan los meses, necesitamos un puesto de comando o un módulo policial para los edificios , pues el lugar es tan grande que fácilmente los delincuentes pueden burlar el ojo de la autoridad escabulléndose como pueden por los matorrales que hay entre los edificios”, comentó Zaida Cartaya, vecina de la primera etapa del urbanismo.
Continuó diciendo que antes la urbanización era vista como uno de los mejores lugares de Los Teques por estar alejada del casco central de la capital mirandina y ser privada, esta situación se ha venido revirtiendo con el pasar de los años; “la creación de urbanismos cercanos más accesibles al bolsillo del venezolano ha hecho perder la exclusividad de la que antes gozábamos”.
Aseguró que ser un lugar privado ha sido todo un problema pues los arreglos y reparaciones muchas veces tienen que ser financiados por la comunidad que últimamente se ha hecho “de la vista gorda” ante el abandono del cual está siendo víctima La Quinta.
“Para muestra un botón, las vías, el principal acceso a los edificios, están atiborradas de huecos; las pequeñas reparaciones que se hacen solo son paños calientes porque al pasar los meses vuelven a ceder y se agrava la situación”, detalló Cartaya.
–Personal de la alcaldía y del Ministerio de Ambiente debería darse una vueltica por aquí para que vean que este lugar también pertenece al municipio Guaicaipuro, por lo que debería gozar del privilegio de ser reparado; el Plan Bacheo Mayor sería todo un regalo para los vecinos, quienes diariamente padecemos el dolor de nuestros cauchos al caer en los cráteres que hay aquí.
Maleza para regalar
Otra de las calamidades de los lugareños es el problema con el monte que crece vertiginosamente y nadie parece notar tal situación. “Las calles casi son comidas por la maleza, esos lugares fácilmente los hampones que vienen aquí a robar los pueden usar para esconderse de los policías o de los mismos vecinos, quienes algunas veces pasamos por aquí inocentes de que un choro se encuentra cazando una víctima para despojarla de sus pertenencias”.
–Para nadie es un secreto que en varias oportunidades han hurtado equipos de sonido y cornetas de los vehículos, “el monte sirve de puente para los malandros que llegan sabrá Dios de donde; muchas veces no entran por el acceso principal sino por la montaña.
La basura es un cáncer
Varios vecinos coincidieron en hacerle un llamado al alcalde Francisco Garcés, quien al parecer ignora que en la urbanización los residentes generan desechos; “ese señor como que cree que La Quinta es una isla, pueden pasar hasta meses para que el camión del aseo venga y se lleve la basura. La demora en recolectar los desperdicios es un problema grave que prolifera mosquitos y roedores que muchas veces invaden las viviendas”, señalaron varios consultados.
Alex Fuenmayor – [email protected] / @heyapplex