
Una moda muy común en estos días es hacer colas, pero no porque lo dicte una revista de tendencias de último momento, sino, porque la necesidad saca de las personas sus mejores talentos; por ejemplo, la paciencia para esperar hasta 12 horas por un paquete de pañales y de papel higiénico; o soportar bajo el inclemente sol hasta cinco horas de espera para comprar dos cilindros de gas comunal, entre otros tantos ejemplos que formaron a pasar parte del día a día de los venezolanos.
Ante este panorama, es evidente que la idiosincrasia de este país desde hace rato se transformó y ahora los ciudadanos se acostumbraron a nuevas formas de consumo.
Es por ello, que ya es habitual ver como decenas de personas se sitúan a las afueras de cualquier establecimiento comercial, para adquirir cualquier artículo que sea señalado como “escaso”. Situaciones como estas se viven casi a diario, pero particularmente durante la mañana de ayer se evidenciaron colas en la sede de una reconocida cadena de farmacias, donde los usuarios hacían lo imposible por obtener un par de paquetes de pañales y jabón de baño.
Al preguntarle a las personas desde que hora estaban allí, muchas supieron decir que desde las 6 de la mañana. Otras, las más cercanas a la puerta aún cerrada, aseguraron que pernoctaron en las afueras de la sede, pues “hay cosas que no pueden suplirse con nada”.
Lo cierto de todo esto, es que se sabe por cuanto tiempo seguirá repitiéndose el mismo argumento, pero la mayoría de los compradores que esperaban apaciguadamente, destacaron que debían hacer la cola por necesidad, porque son artículos que no pueden reemplazarse por otros.
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