
Al aire libre, bajo el sol de la mañana, cerca de una docena de personas suda la “gota gorda” cada sábado en los espacios abiertos del Jardín Terapéutico del Hospital Victorino Santaella; se trata de los alumnos del entrenador Daniel De León, quien a punta de flexiones, movimientos de boxeo, carrera intensa y abdominales, les enseña las bondades del Boot camp.
“Es entrenamiento militar, entrenamiento de alta intensidad”, apunta De León, mientras le pide al grupo de entusiastas jóvenes descansar tras culminar una rutina que duró entre 45 minutos y una hora.
“Acá –con la disciplina- trabajamos todas las articulaciones del cuerpo, miembros superiores e inferiores, todas las capacidades y cualidades físicas, resistencia, potencia, agilidad”, indica el experto, quien se enfoca en trabajar la coordinación y la agilidad de cada una de las personas que semana a semana asisten a su clase.
No hay limitantes de edad para practicarlo. Cada vez hay más aficionados al Boot camp, tanto hombres como mujeres, en diferentes rangos de edad, porque el ejercicio se adapta a las necesidades de cada uno.

Adolescentes, adultos mayores, atletas de alto rendimiento o simplemente curiosos que quieren unirse a la onda fitness se suman a este entrenamiento que se inspira en el de los marines estadounidenses.
“Con esta disciplina podemos tanto bajar peso como construir músculo, un músculo magro como tal que es el que más perdura”, puntualiza De León, quien labora de lunes a viernes como entrenador personal en el gimnasio Body Fitness de la capital mirandina.

Es una actividad que se está volviendo popular, porque aporta muchos beneficios. Por un lado se queman muchas grasas, puesto que la intensidad de los ejercicios hace trabajar al sistema cardiovascular y a los músculos. Se mejora no solo la fuerza, sino también la rapidez, la resistencia y la potencia.
En sólo una sesión se pueden quemar entre 800 y 1.500 calorías. “Utilizamos desde materiales rústicos como cauchos, escaleras hasta nuestro entorno -bancas y aceras- para trabajar con el propio peso”.
Para participar en las clases de los sábados, solo deben acercarse a las áreas verde del hospital tequeños y buscar a partir de las 9:00 de la mañana a De León, el costo es de Bs 100 y tiene una duración de entre 45 minutos a una hora.

Historias
Testimonios abundan sobre las bondades del Boot Camp. Uno de los “beneficiados” es Ricardo Pestana, quien solía trabajar exclusivamente con pesas pero no le veía el queso a la tostada. “Un día llegué al gimnasio y ví a Daniel entrenando a un grupo de gente que sudaba a chorros y decidí sumarme para probar, desde entonces eso es lo que hago”.
A tres meses de haber tomado esa decisión ha pasado de talla 37 a 34 y ha visto un cambio drástico en su estado de ánimo y su energía. “Estoy activado en mi día a día, mejoró mi respiración e incluso mi postura”, añadió Pestana.
Daniel Murolo – [email protected] / @dmurolo