
En el marco de la celebración del Día del Investigador Criminal, un experto se pronunció sobre esta fecha a través de un relato realizado vía telefónica. Comentó desde experiencias hasta su participación en la extinta Policía Técnica Judicial (PTJ) y el paso del Cuerpo Técnico de Policía Judicial (CTPJ) al Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Se trata del abogado criminólogo-criminalista, exfuncionario de la PTJ, profesor de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES), Javier Gorriño, quien recordó cómo fue su trayectoria por el sistema de seguridad de las décadas 70 y 80.
“Aunque el 20 de febrero del año 1958 fue creada la PTJ con el objetivo de especializarse en la investigación de los delitos de acción penal, tal nombre se mantuvo hasta el año 2001, cuando fue promulgada la Ley de Órganos de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, que consolidó la organización de una nueva estructura detectivesca denominada Cicpc”, comentó el investigador, quien acotó que a raíz del renombramiento se celebra el Día del Investigador Criminólogo.
Caso ejemplar
Durante toda su historia fue ejemplo de investigación criminal e independientemente de las circunstancias se hizo formador de muchos investigadores en Latinoamérica.
“En el año 76 fue una escuela de formación para funcionarios, pues fungió como curso de agentes detectives. Formamos cuatro policías bolivianos y 11 nicaragüenses, de los cuales solo uno aprobó tal entrenamiento para ser detective; ese funcionario dirigió su organización policial”, detalló el criminólogo, quien agregó que en los años 70 y 80 existía un nivel de esclarecimiento en los casos que fácilmente superaba todo lo que era investigación y siempre se mantuvo al día.
Mencionó que Venezuela fue uno de los primeros países donde la tecnología criminalística se solidificó, “cuando un arma era recuperada la prueba colorimétrica, también conocida como de orientación de falsos positivos, se basaba en la detección química de elementos que son expulsados en el momento del disparo; con ella se llegó a pruebas de análisis de disparos”.
En el caso de la prueba de disparo, la espectrografía automática, la cual elimina el caso de los falsos positivos, resultó más eficaz; determina la posibilidad de quien realizó un disparo. “Hoy en día después de tantos años hay muchos países latinoamericanos que no tienen tales pruebas”.
–Otra de las cosas que nos trajo el proyecto España fueron las computadoras que permitieron realizar las pruebas de comparaciones balísticas y dactiloscópicas. La primera se aplica al tratamiento físico de los indicios. Consiste en la búsqueda, detección y comparación de particularidades especiales que identifiquen el arma con respecto a los casquillos cuyas marcas especificas quedan impresas durante el proceso de la acción conocida como disparo.
En el caso de heridas, estudia los fenómenos que se producen al llegar los proyectiles a las superficies de impacto, analiza las heridas, los efectos en general, destrozos o fenómenos producidos por el proyectil.
Las comparaciones dactiloscópicas ayudan a identificar quién es el responsable de efectuar la acción hamponil, por medio de sus huellas dactilares.gf
Anécdota personal
Gorriño habló sobre uno de los casos que marcaron su crecimiento tanto personal como profesional. “Tener conocimiento de que un funcionario de la policía era el responsable del homicidio de tres muchachos que vivían en Mamera me sorprendió, el caso duró tres años siendo investigado”.
Tal asesinato fue reseñado como uno de los crímenes que conmocionaron a Venezuela, resultó ser un caso lleno de misterios acaecido en el barrio San Pablito en 1980; a través del paso de los años fue bautizado como “el caso Mamera”.
Argenis Ledezma fue uno de los presos más carismáticos de la Penitenciaría General de Venezuela (PGV), lugar donde cumplió la pena máxima, 30 años de cárcel, por haber dado muerte a los jóvenes Martín Enrique Mijares, Douglas Nieves y Efraín Irausquín Rodríguez, quienes compartían amistad con la esposa del distinguido.
“Si me vuelve a suceder un escenario parecido los volvería a matar o quizá haría algo peor”, comentó Ledezma para una entrevista.
Alex Fuenmayor – [email protected]/@heyapplex