Control de compras convierte en “lotería” adquirir productos escasos

La venta se llevó a cabo en total tranquilidad
Filas largas desde hace meses son la constante a la hora de la compra

“Esto es una lotería y hoy a usted no le tocó”. Con esa frase una inspectora del Superintendencia de Precios Justos (Sundee) le negaba la compra de tres kilos de harina de maíz precocida y dos paquetes de jabones de tocador a Néstor, quien fue el pasado sábado al supermercado Unicasa del centro comercial La Casona en la carretera Panamericana.

Este establecimiento, al igual que otros, ha adoptado la modalidad del terminal de número de cédula de identidad para la compra a fin de controlar la venta a revendedores y minimizar las largas filas en las puertas de los locales, objetivo que aún no se ha cumplido.

Colas largas desde hace meses son la constante a la hora de la compra de productos escasos como leche, café, pañales, harina de maíz precocida, jabón en polvo o champú.

El Gobierno atribuye el desabastecimiento a una “guerra económica” de los empresarios contra su gestión, a través del acaparamiento y la especulación. Así lo hacen ver en los decomisos de productos “acaparados” por comerciantes.

La historia de Néstor  no es distinta a la de Gloria que salió de su casa a la 6:00 am del sábado con la intención de adquirir un pote de 900 ml de champú anticaspa en una perfumería ubicada justo en la entrada de su centro residencial. “Bajé sin desayuno y hasta sin bañarme. No queda de otra, la escasez tiene cara de perro y sabía desde el viernes que iban a venderlo porque lo descargaron antes de cerrar”, dijo.

Ese día se fue junto con su hermana a recorrer los supermercados de la región altomirandina. La misión era clara, comprara jabón en polvo y papel higiénico. Logró su cometido  cercanas las 5:00 pm. “Tuve que llegar hasta Makro luego de ir a cinco supermercados. Compré suavizante en Tequejumbo en Los Teques, jabón de lavar en Súper Líder y hasta leche en Unicasa; por suerte me saqué la lotería de los sábados en Unicasa porque puede llegar la leche el día que no es tu terminal de cédula y te quedas sin nada. Compras lo que a ellos les da la gana de vender en tu día”, sentenció.

Citó que un vendedor informal le ofreció un paquete de 32 pañales para su sobrina en 950 bolívares. A precio regulado le costaría 150. “Esta es la realidad que nos toca vivir, pobre de quienes ahora deben sortear colas para comida, pañales y hasta para la leche de sus bebés”, afirma.

Señala que le toca hacer todos los sábados el recorrido pues sus dos trabajaos de la semana le impiden comprar de lunes a viernes. “Solo me quedan los sábados porque los domingos es poco lo que se consigue. La gente deja pelado todo”.

Algunas personas hacen negocio con las filas. Vender el puesto en la cola o hacer el mercado entero y cobrar un sueldo diario por ello se ha convertido en la manera de enfrentar la crisis, en una Venezuela con un índice de inflación de 68.5%.

En marzo se cumplirá un año desde que el Banco Central de Venezuela dejó de publicar el índice de escasez. En aquel entonces estaba en 29.4 % y la instancia reconocía que el desabastecimiento era “crítico” en 19 rubros.gf

 

Pola Del Giudice Ortiz – pdegiudice@diariolaregion.net/@polita26

 

 

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