Un fuerte dolor estomacal y vómito persistente llevó a Soledad Pujada a la Clínica Ribas de la capital mirandina la noche de este lunes, cuando fue “rebotada” porque para la hora no contaban con personal para laboratorio.
Entonces no se ofuscó. La frustración se manifestó cuando al llegar al segundo centro asistencial de la capital mirandina, le dijeron que el seguro de la gobernación del estado Miranda solo era aceptado en la Ribas y en la Clínica Los Altos de Montaña Alta, a donde, con sus síntomas más agudos y un dolor de cabeza producto del estrés, debió conducir.
“Al llegar afortunadamente me atendieron, pero antes de que pasara el seguro tuve que cancelar 2 mil bolívares como garantía; entonces me llevaron a la sala de observación, donde pasé la noche”.
24 horas después y con un tratamiento de boca de las enfermeras, porque nunca vio al médico tratante, fue dada de alta y 48 horas después el malestar volvió.
“Como soy de Los Teques se me hace más fácil llegar a la Ribas, pero cuando llegué este miércoles no había luz ni línea, por lo que no estaban recibiendo pacientes; nuevamente tuve que rodar hasta Carrizal. Afortunadamente en esta ocasión sí me vio un médico”.
–Aunque la atención es buena no tenían solución 0.9 y se ven obligados a sustituir medicamentos debido a la fuerte escasez. Ya es prácticamente lo mismo ir a un hospital o una clínica. Hasta la salud del pueblo venezolano se están robando.
Otros pacientes sin un seguro que los respalde, deben gastar sus ahorros para garantizar su vida, como fue el caso de Ramón Carmona, de 74 años de edad, quien la semana pasada presentó un cuadro de vómitos y diarrea que lo mantuvo hospitalizado un par de días, lo que le costó 90 mil bolívares.
–Me aceptaron en la Ribas y a las pocas horas de darme de alta me volvió el malestar. Retorné, pero como no tenían los insumos para realizarme los exámenes para determinar qué me generaba esa reacción, terminé en la Docente El Paso. Me aliviaron los síntomas pero esta semana debo realizarme varios exámenes, entre los cuales figura una endoscopia que está por el orden de seis mil bolívares. De ñapa, mi hija ha tenido que averiguar en varios lugares porque en unos laboratorios no cuentan con los insumos (…) Si me vuelvo a enfermar iré a morir en algún hospital o mi casa porque ya no tengo para pagar otro golpe así.
Realidad caótica
La problemática descrita no es aislada ni ignorada. Según la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales (AVCH) en una clínica «todos los días se necesitan alrededor de 379 rubros. En este momento están en falta absoluta, es decir que no hay nada en inventario”, dijo Cristino García, director ejecutivo de la AVCH en entrevista a la AFP.
Aunque en los centros de salud hacen lo posible por no desmejorar la calidad del servicio, directivos entrevistados señalaron que con 90 % de los productos importados, poco pueden hacer si siguen las limitaciones para acceder a las divisas.
“Cada vez la situación es más caótica. Se está viviendo lo mismo, en mayor o menor grado en todas las clínicas, hospitales, dispensarios y ambulatorios del país; ni hablar de las farmacias, cuyos estantes lucen más pelados cada día, llevando a los pacientes a encargarlos afuera”, aseguró un galeno que pidió reservar su identidad.
–Pedimos al Gobierno que aparte de escuchar al gremio aporte soluciones reales, concretas y de inmediato, porque está en riesgo la salud e incluso la vida de miles de venezolanos cada día. Con esta crisis, enfermedades perfectamente controlables como la diabetes y la hipertensión están dejando personas hospitalizadas por la escasez de medicamentos.
El entrevistado finalizó diciendo que tan sólo por una falla con el suministro de algo tan básico como compresas, se ven obligados a suspender operaciones. “Es hora de priorizar y que quienes nos gobiernan reconozcan que es insostenible el control cambiario”.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl
