Un equipo internacional de investigadores ha demostrado que la propagación de la malaria no solo está determinada por factores climáticos, sino que el grado de inmunidad de una población (un factor no calculado hasta ahora) también juega un papel esencial.
El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences de Estados Unidos (PNAS), fue realizado por científicos del CONICET en Argentina, de los Institutos Pasteur de París y Dakar, del IRD de Dakar y del Institut Català de Ciències del Clima (IC3) de Barcelona.
La malaria, causada por el parásito Plasmodium falciparum, que se transmite por la picadura de mosquitos Anopheles, mata cada año a unas 700.000 personas en todo el mundo, fundamentalmente en África e India.
La fuerza de la infección está determinada por la cantidad de mosquitos, su longevidad, la fortaleza del parásito, o la frecuencia de las picaduras y todo ello depende de dos factores climáticos: la temperatura y las lluvia.
Pero hay otro factor que resulta determinante en la propagación de esta enfermedad, la inmunidad.
Aunque la inmunidad completa del parásito no se consigue del todo en humanos, algunas personas pueden desarrollar cierto grado de protección (tras desarrollar la enfermedad varias veces), son los individuos asintomáticos que pueden ser nuevamente infectados y, sin embargo, no mostrar síntomas.
Vía EFE