La joven lanzadora tequeña Kerlys Pérez ya está de vuelta en su ciudad natal. Y muy contenta con la medalla de bronce que se ganó junto al equipo de beisbol femenino de Venezuela en los XVII Juegos Deportivos Panamericanos Toronto 2015.
Para ella, y para el resto de sus compañeras, la tercera posición obtenida tiene una gran significación, pues se trata de un evento de muy alta jerarquía.
“Escuchar el Himno Nacional de Venezuela en el acto de premiación fue algo maravilloso, extraordinario. La medalla es muy grande, quizás la más grande que me he ganado. La de los campeonatos mundiales son pequeñas, igual que las que nos dieron este mismo año en el clasificatorio de República Dominicana”, comentó.
Y confía en que en los XVIII Juegos Panamericanos Lima 2019, la medalla que se ganen será de plata o de oro, pues las selecciones de Estados Unidos y Canadá, únicas que las superaron en Toronto, están actualmente conformadas en un alto porcentaje por jugadoras de mucho más edad, que probablemente ya estén por retirarse.
En cambio, la novena vinotinto está integrada por jugadoras con promedio de 22 años de edad.
“Hay muchas probabilidades de que Venezuela sea la que mande en el beisbol femenino panamericano durante los próximos años, pues somos las más jóvenes, y modestia aparte, hemos acumulado gran experiencia. En cambio, la mayoría de las jugadoras del resto del continente ya cumplieron sus etapas, y están por retirarse”.
Kerly está estudiando Deportes en la Universidad Politécnica Territorial de los Altos Mirandinos Cecilio Acosta, pero sus compromisos con la vinotinto la separan mucho tiempo de las aulas.
Sueña con un empleo, preferiblemente como entrenadora, para fundar en Los Teques la primera escuela de beisbol femenino, y así asegurar la formación de varias de las futuras jugadoras de Venezuela.
“Estoy desempleada, y en mi casa la situación económica no está muy buena, a pesar de que mis padres trabajan duro. Por eso quiero pedirle al alcalde Francisco Garcés que la municipalidad me de empleo como entrenadora, y tanto mi medalla de bronce como mi experiencia estarán al servicio de las más jóvenes de este pedacito de tierra mirandina, en el que he crecido como ciudadana y atleta. Además, quiero una vivienda propia. Le entregué una carta a nuestro presidente Nicolás Maduro, en una oportunidad en la que todas estuvimos cerca de él, y me prometió que tanto a mi como al resto de las integrantes del equipo, todas con necesidades similares, nos ayudaría. Ojalá que el alcalde Francisco Garcés quiera apoyarme en esto, que de alguna manera él pueda u ordene hacer contacto con quienes están al mando en la Misión Vivienda para que se haga realidad mi sueño de tener casa propia. Estoy segura de que nosotras, como todas las demás venezolanas, también las merecemos”.
Arturo Argotte