
“Pásame una foto”, le pide Julio a María, última que accede y desde su teléfono inteligente se toma una selfie y se la envía a su novio. Sin embargo, el quinceañero no se siente satisfecho y replica “quiero una foto pero no de tu cara sino más abajo”, petición a la que ella, tras titubear, accede sin pensar que al día siguiente sería la comidilla entre sus compañeros de clases que tuvieron acceso a la gráfica que la muestra semi desnuda.
Esta práctica cada día más común entre los adolescentes lleva por nombre “sexting” y consiste en el envío de fotos subidas de tono para excitar a la pareja, situación que se está saliendo de control y está terminando en casos de acoso escolar. En el peor de los escenarios estas imágenes van a dar a manos de pedófilos.
Así lo explica la orientadora en sexología, Ana María Figueira, quien advierte que la única manera de frenar esta práctica peligrosa es supervisando a los jóvenes y manteniendo fluidos canales de comunicación donde se aborden este tipo de temas.
“Lo primero que hay que hacer en casa es reforzar la autoestima en nuestros niños para que cuando lleguen a la adolescencia no se dejen persuadir cuando les hagan estas peticiones”, dijo, explicando que así como hay casos de jovencitas que le envían la foto “picante” a su noviecito o el amigo con el que están flirteando, también están las que envían a desconocidos por redes sociales como Facebook y resulta que se trata de pedófilos que se hacen pasar por adolescentes para crear empatía y obtener el material pornográfico.
–Es una situación difícil de manejar por el acceso prácticamente illimitado que tienen los jóvenes a la tecnología, pero los padres realmente preocupados pueden, por ejemplo, limitar los megas, revisar los contenidos y hablar abiertamente sobre esta moda que pone en riesgo la integridad moral e incluso física de quienes envían la foto.
Más peligroso que entretenido
Pese a que por la edad y la ligereza con que se suele abordar la vida cuando se es adolescente el “sexting” se ve como una práctica entretenida, existen casos documentados en países como Estados Unidos de jovencitas que tras ver difundida su imagen íntima se quitan la vida porque no soportan la presión social ni las burlas de las cuales son víctimas.
Igualmente abundan casos de parejas que tras romper, alguna de las partes decide humillar a su ex haciendo públicas las imágenes privadas compartidas cuando estaban enamorados, por lo cual para los expertos no es recomendable hacerse ese tipo de fotos.
“Quienes quieren compartir la foto lo más sano es que cuando se la tomen, se la muestren desde el celular a su pareja y de inmediato borrarla, jamás enviarla”, opinó la experta que añadió que una vez que la imagen es enviada se desconoce cuál será su destino; a qué manos llegará y con que fines será utilizada. “Lo único seguro más temprano que tarde es el daño a la reputación”, añadió en su intervención en el programa de radio Los Súper Amigos trasmitido por La Cima 96.7 FM.
Datos que hablan
** Según estudio realizado por la Associated Press and MTV (AP-MTV), 50 % de jóvenes con edades entre 14 y 24 años de edad han experimentado algún tipo de abuso digital.
** El estudio también encontró que 30 % ha enviado o recibido fotos de personas desnudas en sus teléfonos celulares o en línea.
** Las mujeres son ligeramente más propensas a compartir una foto de ellas desnudas (13 %) que los hombres (9 %).
** Los jóvenes que son sexualmente activos tienen más del doble de probabilidades de enviar esas fotos: 17 % vs 8 %.
** 7 % dice haber pasado la imagen a otra persona y poco más del 9 % han distribuido las imágenes para más de una persona.
** 29 % de los encuestados que compartían una foto de ellos desnudos informaron que compartieron la imagen con alguien que nunca conocieron en persona y sólo conocían en línea.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl