El intempestivo cierre de la frontera al atardecer del pasado 19 de agosto le habría se deparar una sorpresa nada agradable a los esposos cucuteños Brayan Rueda y Marcela Maldonado: su pequeño hijo de un año de nacido había quedado con su abuela del lado venezolano.
Ayer, sin embargo, tras una angustia de un mes, volvieron a reencontrarse con él en el puente internacional Simón Bolívar. El acontecimiento convirtió ese paso fronterizo en una verdadera película de drama y suspenso con final feliz.
El encuentro fue programado y calculado, dijeron los esposos, ya que había que esperar a que la situación se calmara un poco para no poner en riesgo la integridad del bebé y de la abuela.
El bebé había sido llevado por la abuela Aurora Maldonado de paseo a Rubio (Venezuela) dos días antes de producirse el cierre de la frontera.
“Nos preocupamos mucho porque al cerrar la frontera no sabíamos cómo iba a hacer para devolverlo a la mamá”, relató la abuela.
Agregó que lo primero que pensaron con los padres del menor era que había que esperar a que abrieran la frontera y así poder traerlo a Cúcuta, “pero la situación se complicó y los días fueron pasando y el cierre continuaba”, dijo.
“Yo viajé con el bebé dos días antes del cierre. Todos creímos que era como siempre y no se iba a demorar. A toda la familia le sorprendió la situación, pues ya tenía un mes fuera de casa y no era conveniente estar tanto tiempo sin sus padres”, añadió Aurora.
El viaje desde Rubio hasta el puente Simón Bolívar se cumplió ayer en la mañana.
El pequeño, igual que miles de personas que sufren la situación de la frontera, tuvo que caminar y esperar bajo el sol para llegar a la mitad del puente y así reencontrarse con sus padres.
La madre del niño y su esposo aguardaron con paciencia y cuando a la distancia vieron a la abuela acercarse con su hijo estallaron en júbilo.
“No hallaba la hora de abrazarlo y de darle besitos, me hacía una falta tremenda”, expresó con su rostro bañado en lágrimas la madre del menor.
Con su bebé en brazos regresó caminando al otro lado del cerco de la Policía de Colombia. Allí la esperaba su esposo, Brayan Rueda.
“Nos sentimos felices de estar nuevamente con nuestro hijo. Estaba en buenas manos allá en Venezuela, pero el amor de los padres es incondicional. Qué felicidad tenerlo con nosotros”, manifestaron los padres del menor.
Ahora la joven familia disfruta de su completa unión y continuará su vida en tierras colombianas.
El recibimiento del bebé contó con la presencia de la policía y de socorristas del cuerpo de Bomberos de Cúcuta, quienes brindaron del lado colombiano todas las garantías para que la pareja de esposos se encontrara con su hijo.