Familia asegura estar siendo hostigada por sus arrendatarios

Janexis Díaz, inquilina desde hace 15 años en una residencia ubicada en el sector Cortada El Guayabo de San Diego de Los Altos, asegura estar siendo hostigada por parte de sus nuevos arrendatarios y alega que los mismos quieren obligarla a ella y a su familia a dejar la vivienda por todos los medios.

“Desde que el dueño original de la casa, el señor Juan José Castillo, falleció la casa pasó a ser propiedad de sus hijas con quienes ya hemos tenido varios altercados”.

Alega que las nuevas propietarias de la vivienda han recurrido a varias acciones poco éticas e incluso ilegales para forzarlas a irse, “tenemos 3 meses sin el servicio de agua y hemos recibido amenazas donde nos dicen que si dejamos sola la casa van a entrar y a sacarnos nuestras cosas para dejarnos en la calle”.

Díaz explica que desde el comienzo del problema ella interpuso una denuncia ante el juez de paz de San Diego, Juan José Serrano, en donde se supone se llegó a un acuerdo conciliatorio entre las partes.

“El acuerdo no se ha cumplido y es que el mencionado juez es la misma persona que le lleva el caso a la familia Castillo ante la Superintendencia Nacional de Arrendamiento y Vivienda (Sunavi) cosa que no tiene lógica porque él debería ser un ente imparcial ante este caso”, aseguró Díaz.

Agregó que, además de las constantes agresiones verbales y de los continuos cortes del servicio de agua, existen factores que indican que han llegado incluso a atentar contra la vida de los inquilinos.

“Nosotros tememos por nuestras vidas, hace aproximadamente 4 meses hubo una supuesta fuga de gas que convenientemente afectó sólo a los que vivimos en el anexo, los 4 adultos y los 2 menores de edad que residimos allí estuvimos en terapia intensiva por envenenamiento por gas hipoclorhídrico”, denunció.

Díaz indicó que ya han tocado todas las puertas posibles y que sin embargo no reciben respuesta concreta por parte de ninguna de las autoridades consultadas, “hacemos un llamado a la opinión pública pues tememos por nuestras vidas y la de los dos niños que viven con nosotras en la casa”.

ZA

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