
“En la carretera Panamericana no puede caer un alfiler porque se tranca”, dice en tono sarcástico Cristina Jiménez, quien reside en El Trigo y trabaja en Santa Mónica, por lo que diariamente pasa al menos cuatro horas en la arteria que comunica Caracas con los Altos Mirandinos.
Ayer pasó más tiempo de lo estimado luego de que producto de las precipitaciones registradas al cierre de la tarde del jueves se anegara la vía expresa a la altura del kilómetro 15, adyacente al Centro Comercial Galería Las Américas, situación que se ha vuelto “normal” cada vez que cae un chaparrón.
“Como en Caracas también estaba cayendo un aguacero la cola me agarró en los kilómetros bajos de la Panamericana donde es particularmente peligroso debido a los motorizados que suelen aprovecharse del tráfico pesado para hacer de las suyas y cargar con reproductores, celulares, carteras y joyas”, añadió la mujer de 30 años a quien en dos años le han robado su anillo de casada y un celular mientras aguardaba en cola.
–Hay que buscar los mecanismos más expeditos para solucionar esta situación que se agudiza conforme pasan los años. Eso ni hablar de cuando hay un derrumbe de envergadura o un choque incluso simple; es que hasta por un carro orillado a uno se la va la vida entera haciendo colas. Esto no es calidad de vida, porque cuando llueve se pueden hasta triplicar los tiempos en cola. El mejor ejemplo es del chaparrón que cayó hace unas semanas y coincidió con la suspensión del servicio de Metro Los Teques: eso fue la pesadilla.
Pérdidas y más pérdidas
Mientras los conductores particulares perdieron la paciencia, los taxistas obtuvieron pérdidas monetarias. “Cada vez que uno queda atrapado en una cola se pierden carreras y en estos tiempos tan difíciles hay que producir tanto como se pueda”, opinó Mauricio Vázquez.
–El caucho más barato que he encontrado está en 27 mil bolívares y obviamente lo ideal es cambiar los 4, y si me quedo achicharrado en una cola de este tipo puedo producir una cuarta parte de lo que hago normalmente. Estas situaciones me ponen en un dilema existencial porque por un lado si suspendo las carreras hacia San Antonio percibo menos, porque de Los Teques a Los Salias no es menos de Bs. 500 por persona; pero si me quedo en Los Teques aunque son más baratas suelen salir con más frecuencia, pero hay vías que están tan dañadas que hay que evitar el paso por allí. Todos los días es un ejercicio mental para hallar siempre la manera de compensar y salir bien librado. A veces a uno lo tildan de odioso cuando me niego a llevar a alguien a X comunidad, pero es una situación de supervivencia.
Petición colectiva
La carretera Panamericana está lejos de ser la única vía que colapsa durante los días húmedos. Varias son las comunidades altomirandinas hacia donde se ve interrumpido el paso cuando llueve, tal como ocurrió a inicios de semana en la Urbanización La Fontanera, donde los deslizamientos de tierra impidieron el ingreso y salida de conductores por varias horas.
Quienes residen en San Pedro de los Altos, El Paso y La Quinta rezan para que no se desborde el río San Pedro e impida el tránsito. “Desde que se desbordó y arrasó con todo a su paso en el 2008 y repitió en el 2012 todos estamos traumatizados. Uno reconoce que han hecho operativos de cachivaches y basura, pero aún no es suficiente porque cuando llueve duro por un par de horas amenaza con rebasar su límite y causar estragos”, dijo Marisela Terán, vecina de la urbanización Cecilio Acosta. “Las autoridades siempre esperan que pasen las cosas para actuar en vez de prevenir”, añadió.
Por su parte, las autoridades municipales de Guaicaipuro afirman que gracias a la implementación de el Plan de Lluvias y del Plan de Manejo Integral de Desechos Sólidos no se han registrado situaciones de envergadura en la localidad durante esta temporada. No obstante, siguen adelante en las labores de destape de alcantarillado, desmalezamiento, recolección de sedimentos y desechos sólidos en todo el municipio Guaicaipuro.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl