Las “parrillas de alitas de pollo”, grandes aliadas dominicales de las familias altomirandinas, pronto serán cosa del pasado. La pieza que hasta hace unos meses estaba valorada en Bs. 100 el kilo, ya es ofrecida en 500 y con posibilidades de seguir su vertiginoso aumento.
“El pollo regulado llega una vez a la Cuaresma a Los Teques, para adquirirlo hay que amanecer y pasar el día entero a las afueras del local y de paso rezando a ver si queda para cuando a uno le toque el turno de ingresar”, se quejó Valeria Bustamante, vecina de La Matica que ha quedado sorprendida con los precios del alimento.
–Comerse una milanesa de pollo en la calle es todo un lujo, no te la venden por menos de 1.000 bolívares; cada día venden más las alitas en los menús pero igualmente están caras y con la inflación haciendo de las suyas probablemente en diciembre cuesten 1.000 bolívares. Ese aumento del bono de alimentación es un chiste, una simple ilusión monetaria porque de aquí al primero de noviembre que se haga efectivo ya toda la mercancía tendrá precio nuevo y con los 6 mil bolívares en cestatickest podremos comprar a lo sumo tres productos.
Otra ama de casa consultada se autodenominó “traumatizada” con los precios de todos los artículos. “Algunos me dicen mal pegada, pero cada vez que me dicen un precio me voy al pasado y lo calculo en base a millones; no puede ser que por un kilo de alitas paguemos medio millón de bolívares de los viejos. Si hablamos de ropa y calzado la situación empeora notablemente”, dijo Dinora Suárez, habitante de El Trigo.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl
