Es muy raro ver cuando la comunidad y los transportistas de la ruta coinciden en alguna opinión o decisión, es decir que cuando eso pasa es porque la situación de gran relevancia. En El Retén, tanto residentes como conductores están de acuerdo en que la vialidad del sector es una de las falencias más grandes, razón por la cual, los profesionales del volante han manifestado su deseo de suspender el servicio temporalmente.
Las calles que recorren el corazón de la zona están minadas de huecos que contribuyen al deterioro progresivo de carros y motos particulares, además de las unidades de transporte que laboran en la ruta.
Francisco López, habitante de la comunidad señaló que en varias ocasiones los autobuseros les han comunicado a los vecinos que podrían parar las camioneticas como señal de protesta. ‘’Varias veces han dicho que van a parar los carros porque la vía está muy mala, las unidades se dañan y para conseguir un repuesto ahorita hay que sudar la gota gorda’’, declaró.
Tras un recorrido hecho por el equipo reporteril de La Región, se pudo constatar el origen de la denuncia. Desde la entrada que tiene el sector en la vía hacia Lagunetica, hasta los accesos que derivan en el cementerio, la calle Páez y El Trigo, hay huecos y desperfectos viales por doquier.
‘‘Subiendo desde el cementerio hay una cantidad de huecos que da miedo, hay que ser un piloto para poder esquivarlos y no llevarse a alguien por delante o chocar a otro vehículo’’, afirmó un lugareño.
Residentes enmarcaron que ‘‘la zona más deteriorada es la calle que conecta El Retén con El Trigo. Justamente, por esa calle es donde los carros ‘’pasan pidiendo perdón’’ puesto que hay más troneras que asfalto.
Según se conoció por intermedio de otros vecinos, la idea no es que se llegue al extremo de una suspensión de transporte, sino que ‘‘la alcaldía o la gobernación le metan mano a la comunidad’’. Estos apoyan el descontento de los choferes, ya que también sufren y padecen por la problemática en cuestión, sin embargo, rechazan la idea del paro.
Agua una vez a la semana
El mal estado de la carretera no es el único mal que padecen los moradores del sector, ya que tienen ‘‘canas verdes’’ gracias al tema del agua potable. ‘‘El agua tiene un horario aquí. Solamente los miércoles es que la ponen, de resto, pasamos la semana entera sin un chorrito’’, aseguró López.
De igual forma, explicó que subsisten con la poca agua que envían los miércoles y lo que logran almacenar en pipotes y ollas para el resto de la semana.
Lavar, cocinar y hasta bañarse son tareas que se han dificultado con el pasar de los meses tras el inconstante surtido del preciado líquido en el lugar.
‘‘Quienes roban vienen de afuera’’
Contrario a lo que muchos pueden pensar, los individuos que se dan a la tarea de cometer fechorías en la comunidad ‘‘provienen de otros lugares’’. Así lo comentó José Sánchez, habitante que no dudó en aclarar la situación de inseguridad que se vive en la zona.
‘‘Son personas que vienen de otras partes y roban los que vivimos acá. Todos nosotros nos conocemos y sabemos que los que roban no son de la misma comunidad’’, aclaró.
La falta de reflectores en buenas condiciones facilita el trabajo de la delincuencia, ya que ciertos tramos de la vía principal se quedan a oscura luego de que se oculta el sol.
Si bien la policía se da a la tarea de custodiar el sitio con las respectivas rondas de seguridad, los vecinos exigieron instalación de módulos de vigilancia con la finalidad de ponerle coto a los actos vandálicos que día a día se registran en la localidad.
Recogen la basura consecuentemente
Aunque el botadero de desechos en la zona ya no es de uso exclusivo de los vecinos, estos resaltaron la buena labor de los trabajadores encargados de la recolección de basura. ‘‘Es raro ver montañas de desperdicios porque los camiones pasan consecuentemente y se llevan todo. Hay que aplaudir eso porque aquí no solo se deposita nuestra basura, sino que habitantes de otros sitios se paran y botan sus bolsas aquí también’’, concluyó un habitante.
Frederick Ortiz
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