
Francisco dejó parada su camioneta “5 minutos” en la avenida Bolívar mientras compraba pan; cuando regresó se habían llevado el caucho de repuesto. Al carro de Daniel le quitaron los espejos de los retrovisores en las inmediaciones del sector El Rincón. “Te desvalijan el vehículo en cualquier esquina”, reseñan los conductores.
Ambos fueron víctimas de un grupo de delincuentes que aprovechan la velocidad que les proporciona el vehículo en el que se desplazan –una moto- para robar baterías, cauchos de repuesto, espejos retrovisores y hasta las letras cromadas que identifican la marca y modelo de los carros, piezas y artículos que revenden posteriormente.
El caso de Daniel ocurrió el pasado sábado. Estacionó su vehículo en la bajada que se encuentra justo a un costado de Villa Teola, a pesar de que la vía estaba repleta de policías y efectivos de la GN que custodiaban a las autoridades que asistían a la inauguración del referido parque, cuando regresó le habían “desvalijado” los retrovisores.
“No solo se llevaron los espejos sino también el cromado”, sentencia el joven, quien tiene un carro Aveo. Pero este caso como el de Francisco no son aislados. En la calle Junín de Los Teques delincuentes aprovecharon que el propietario de un Fiesta Power estaba en la iglesia para forzar el capó y huir con la batería.
Un espejo de retrovisor en el mercado negro ronda los 3 mil bolívares, mientras que las baterías y cauchos superan los 50 mil; la escasez de partes de vehículos aunado a la inflación convirtieron el robo de estas piezas en un “negocio redondo” para antisociales.
Aseguran que los “desvalijadores” aprovechan la tranquilidad y soledad de los estacionamientos de grandes centros comerciales de la zona para actuar. “Uno hace el esfuerzo de cancelar estacionamiento creyendo que se librará de un robo pero ya ni así nos salvamos”, reporta René Velázquez, a quien le “arrancaron” las tapas de los cauchos en un centro de compras de Carrizal.gf
Daniel Murolo – [email protected] / @dmurolo