Muchas veces evitar la cola de la carretera Panamericana supone desviarse hacia los caminos verdes para ganar tiempo; sin embargo, esa no parece ser la mejor opción del abanico. Quienes osen atravesar las montañas a través de la vía principal de La Mariposa lo hacen a riesgo de que los cráteres hagan estragos en sus vehículos.
A lo largo del vaivén de curvas que conforman la vía de escape se encuentra una cantidad significativa de fallas que atentan contra los carros y sus ocupantes.
Esta es una carretera que consta de solo dos canales y al ser doble vía los conductores son expuestos a una colisión al momento de esquivar las innumerables troneras que adornan la zona.
Ante tanta publicidad hecha a la ‘‘Fiesta del asfalto’’, la mencionada vía pide a gritos ser incluida en la lista de carreteras en espera, ya que ‘‘presenta el peor rostro desde hace 15 años’’, afirmó un vecino.
Residentes en las comunidades aledañas aseguran que los choferes que por allí circulan lo hacen a altas velocidades, convirtiendo la carretera en una guillotina para los atrevidos peatones que se arriesgan a caminar por el borde de la carretera.
‘‘Los carros, más que todo camiones, pasan volando por esa carretera. Tratando de esquivar un hueco o adelantando a otro conductor pueden llevarse a una persona por delante; son pocos los que caminan por ahí pero igual es un peligro latente’’, narró Carlos Henao, habitante de La Cortada del Guayabo.
Instó a las autoridades a colocar reductores viales con el fin de mejorar la situación. ‘‘Es necesario que haya policías acostados, sino esto va a seguir siendo una autopista’’, dijo.
Sin embargo, el mal estado de la vía no es el único dolor de cabeza que aqueja a quienes todos los días deben circular por la zona, la maleza en el lugar se presta para la ejecución de múltiples actos delictivos.
En vez de estar bordeada por barandas o separadores viales que protejan a los conductores de una posible caída al vacío, solo el monte hace acto de presencia.
Henao comentó que al no contar con operativos de limpieza y desmalezamiento, los malandros aprovechan para esconderse entre la vegetación y tenderles trampas a los descuidados choferes.
‘‘Te lanzan piedras o huevos en el parabrisas; la primera con intención de romperlo y la segunda para empañarlo si usas el limpiaparabrisas. Pobre de aquel que piense en detenerse para revisar el carro, ahí es que los agarran y les quitan hasta la forma de caminar’’, denunció.
‘‘Es vital que constantemente corten el monte para evitar estos problemas. Quienes se interesan en cortar el monte son los que tienen fincas por aquí y lo hacen estrictamente para conseguirle comida a sus animales’’, sentenció el morador.
Es un vertedero de basura
Por si fuera poco, la vía tiene una increíble e impensable función. En algún punto de la infinita carretera y justamente bajo una señalización que reza ‘‘prohibido botar basura’’, se encuentra un vertedero de desechos que día a día se acrecienta con las innumerables bolsas que son dejadas allí. Hay quienes afirman que hasta animales muertos son tirados en el lugar.
La Cortada del Guayabo en el olvido
Por su parte, quienes viven en el sector Los Laureles de La Cortada del Guayabo reconocieron estar en el olvido total por parte de los gobernantes. ‘‘Aquí tienen años sin venir ni siquiera a buscar votos’’, alegó Reina Martínez, habitante de la localidad desde hace 30 años.
‘‘Es un pueblo sin ley al que nadie le presta atención. Hace 3 meses llegó Hidrocapital para hacer trabajos de reparación en una tubería que tiene años en mal estado; hizo el trabajo a medias y no volvió. Esa tubería sigue echando broma en la comunidad, pues toda el agua que debe llegar a distintos sectores se está botando allí’’, explicó.gf
Frederick Ortiz
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