
Desde Valencia, Maracay e incluso Margarita, cada año al acercarse diciembre cientos de personas viajaban hasta los Altos Mirandinos para comprar adornos y luces; este año la inflación y escasez mantienen cerrados dos de los almacenes íconos de la Navidad: Full Flores y Filipinas.
“Da dolor pasar por la recta de Las Minas y ver cerrado Full Flores”, reseña María Esperanza Paz, residente de la capital mirandina, quien por tradición esperaba cada año la apertura de este gran almacén para visitarlo en familia y comprar nuevos adornos tanto para el arbolito como para decorar los jardines de su casa.
Al igual que Paz, Teresa Bravo, residente de Carrizal, lamenta que la crisis que atraviesa el país amenace con acabar con las tradiciones navideñas. “El frío característico de nuestra zona, así como las decoraciones navideñas de los centros comerciales hacía que miles de personas subieran hasta los Altos Mirandinos para disfrutar del ambiente decembrino”, recuerda.
Cada año a finales de septiembre los referidos almacenes, ubicados a un costado de la Panamericana, a la altura de Carrizal y Los Salias, retiraban de sus vidrieras los plásticos para dejar ver las nuevas tendencias en árboles, nacimientos y luces.
Este año la inflación e imposibilidad de exportar artículos obligó a los propietarios de ambos locales a mantener abajo las santamarías.
“El bulevar de Las Minas luce apagado, esta Navidad no será igual para quienes vivimos en la zona sin las luces de Full Flores”, reseñó Robert Castro, habitante de la urbanización Club de Campo, quien este lunes paseaba su perro por la zona.
La ausencia, especialmente los fines de semana, de los turistas que desde diferentes ciudades del centro del país venían a comprar en ambos almacenes, perjudica a los comerciantes de los centros comerciales de la zona.
“No es lo mismo que antes, fíjate a la fecha que estamos (9 de noviembre) y muy pocas tiendas han decorado de Navidad; es que no hay ventas”, explicó Rodrigo Navas, encargado de una zapatería en La Casona.
La queja de Navas se repite en la mayoría de los trabajadores, “hay poca mercancía; ya no existen comercios de electrodomésticos, por ejemplo nadie vende televisores o computadoras. Lo que hay es ropa y muy poca”, reseñó otro de los comerciantes.
Inflación e inseguridad
La poca presencia de clientes y la escasez de mercancía son algunos de los motivos por los que muchos comerciantes de los Altos Mirandinos ha cambiado la rutina en sus locales.
“Antes cerraba a las 7:00 pm y cuando se acercaba Navidad, a finales de octubre, activaba el horario navideño hasta las 8:00 pm o hubiesen clientes en la tienda”, dijo Ricardo Blanco, encargado de un negocio del centro de Los Teques, para advertir que este año, como el pasado, no será igual.
Señaló que baja las santamarías de su negocio a las 6:00 pm “cuando mucho”. Teme que si tarda un tiempo más abierto al público cualquier delincuente entre y le haga daño.
Cristina Pérez tiene más de 10 años ofreciendo vestimenta para playa. Contó que lleva tiempo cerrando su local a las 5:00 pm. “Recuerdo las buenas épocas cuando en Navidad dejaba mi negocio abierto hasta la noche porque la gente siempre incluía en sus compras trajes de baño bien sea para obsequiar o para estrenarlos durante los días de fiesta”.
Aseguró que las ventas “cada vez están peor” porque hay poca variedad que ofrecer “y lo que nos llega es a precios exorbitantes”.
Sin luces no hay Navidad
Hasta hace tres años centros comerciales como La Cascada y La Casona convertían el encendido de la Navidad en auténticas fiestas en las que miles de asistentes disfrutaban de gaitas y fuegos artificiales.
“Cuando uno veía las fachadas de La Cascada repletas de millones de bombillitos le daba la bienvenida a la Navidad”, recordó Víctor Muñoz, vecino de Montaña Alta. “Fue la semana pasada cuando comenzaron a armar el arbolito interno pero se desconoce si decorarán la fachada”, agregó.gf
Daniel Murolo – [email protected] / @dmurolo