Kilo de tomate ronda 400 bolívares y la carne regulada sigue sin llegar
Las amas de casa cada día deben ingeniárselas para sustituir aquellos productos que no se hallan en los anaqueles, o los que deben dejar porque el presupuesto no les alcanza
“Comer sano se ha convertido en todo un lujo porque el kilo de tomate está en 400 bolívares, mientras que la lechuga le sigue los pasos; así que si quieres preparar una ensalada debes pensarlo muy bien porque los vegetales e incluso las frutas, se encuentran por las nubes”.
Así lo expresó Carmela Pestana, vecina de El Trigo en la capital mirandina, quien fue al supermercado “para reponer algunas cosas y se me fueron 10 mil bolívares; eso sin incluir la carne ni la perfumería; y la charcutería me la llevé a medias: Bs. 1.000 de jamón e igual monto de queso, bandejitas que a duras penas me alcanzan para un desayuno y una cena”.
El aumento de precios se ha hecho sentir no sólo en las cadenas privadas, sino en los populares mercaditos a cielo abierto, donde los vendedores, que a su vez son productores, no pueden ofrecer la mercancía tan barata, “y es que con estos cambios climáticos y después de una larga sequía, nos ha afectado severamente las cosechas”, expresó un comerciante de El Jarillo que todos los domingos ofrece vegetales y legumbres en la avenida Francisco de Miranda.
–Estamos sorteando demasiadas dificultades: escasez y altos costos de materia prima para trabajar, como fertilizantes y semillas; así como de repuestos y autopartes automotores vitales para el traslado de la mercancía. De ñapa nos acosan los antisociales y nos matraquean los cuerpos de seguridad; cada día es más difícil ser trabajador del campo.
Regulados
desaparecidos
“No dudo que el Gobierno tuviera buenas intenciones cuando decidió regular ciertos alimentos, pero sabemos que eso traería consigo escasez y es precisamente lo que estamos viviendo con la carne, el pollo y un largo etcétera”, expresó Julia Meneses, ama de casa, quien hace vida en la comunidad carrizaleña José Manuel Álvarez, que detalló que las neveras de los frigoríficos “lucen peladas”.
-Tuve que recorrer tres comercios para llevarme un kilo de pulpa negra que terminé pagando en 1.700 bolívares. En cuanto a la leche, es un artículo que ha desaparecido de mi despensa porque me niego a caer en manos de los inescrupulosos bachaqueros que venden con sobreprecio de hasta mil por ciento. Si la plata no me alcanza comprando regulado, mucho menos aguantará los caprichos de los revendedores.
Insuficiente
Pese a que mucha gente sale anonadada cada vez que oye el monto a cancelar en la caja de los mercados por llevarse uno que otro artículo básico; varios son los comerciantes que coinciden en señalar que el aumento es “insuficiente”.
Así lo expresó Igor Cáceres, productor de queso, quien explicó que “es sumamente costosa su elaboración y el precio al que lo regularon no se corresponde con el esfuerzo que nosotros realizamos. Nos están poniendo la soga al cuello; quebraremos en cualquier momento”.
-Los márgenes de ganancia son prácticamente nulos, sobretodo si se considera cómo la intensa sequía ha azotado la actividad ganadera en el país. Afortunadamente anuncian que próximamente llegarán las lluvias y esperamos que se mantenga así el clima para que vuelva a la normalidad el pastoreo de las vacas, actividad que incide en la calidad de alimento que consumen, y por lógica, la producción de leche para elaborar los quesos.
De no regularse la situación, “iremos a tener que meternos a vender bisutería en la calle. Esperemos que el clima sea favorable y el Gobierno reconsidere los ajustes de precio, y que estos resulten favorables para todos los sectores involucrados”, finalizó el entrevistado.
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl
