Hartos de tanta inseguridad, los residentes de comunidades altomirandinas decidieron tomar la justicia por su propia mano, intentando linchar a cinco sujetos que, por testimonio de los afectados, eran los azotes que los asaltaban a diario.
Aproximadamente a las 10:00 am se suscitó el primer conato de linchamiento, donde un par de asaltantes abordaron a un vecino de las residencias El Tiuna para despojarlo de sus pertenencias.
Según reseñaron los testigos, los hampones llegaron a la comunidad en una moto roja, avistaron a su víctima y la abordaron para arrancarle un anillo que traía consigo.
Uno de los ladrones intentó arrancarle el anillo por la fuerza, no obstante, para sorpresa de todos, la víctima desenfundó un arma y le propinó par de balazos en la pierna derecha a uno de los antisociales.
Pocos minutos después de las detonaciones, el estacionamiento de la residencia se llenó de vecinos provenientes de El Tiuna y El Encanto, quienes comenzaron a proferir gritos en contra de los delincuentes, reconociéndolos como los asaltantes por excelencia en el sector.
Enfurecidos por un episodio más de inseguridad, los moradores optaron por agredir a los choros, acción que fue contenida por la presencia de funcionarios pertenecientes a la Guardia del Pueblo y la Policía del estado Miranda (Polimiranda).
La motocicleta marca Bera, de color rojo, en la cual se desplazaban los vándalos fue destrozada en primera instancia, ya que poco después la misma ardió en llamas luego de haber sido bañada en gasolina.
La enardecida multitud informó que el problema de inseguridad ronda los niveles críticos en el sector, ya que en días anteriores habrían robado un par de automóviles en la entrada de los edificios, sin obviar que los arrebatones de carteras, bolsos y celulares están a la orden del día.
Extraoficialmente se conoció que el vecino que le propinó los disparos al ladrón es un funcionario de la Policía municipal de Chacao.
Casi los linchan en San Diego
Por su parte, en el sector Los Laureles de San Diego de los Altos, un trío de choros serían golpeados de forma reiterada por los vecinos de la comunidad luego que los mismos fuesen pillados in fraganti en medio de un asalto.
Los sujetos se dedicaban a robar a los residentes con escopeta en mano, cuando una multitud decidió agredirlos en vista de que diariamente eran los responsables de los hechos delictivos en la comunidad.
Al lugar se apersonaron oficiales de Polimiranda, quienes resguardaron la integridad de los vándalos y los subieron a la patrulla para evitar que los vecinos continuaran agrediéndolos.
Se indicó que el arma de fuego con la cual realizaban sus fechorías fue incautada por los patrulleros.
Frederick Ortiz
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