Un centenar de manifestantes antigubernamentales volvieron el sábado, después de la marcha oficialista de la víspera, a instalarse en el centro de Sao Paulo con la intención de permanecer allí hasta obtener «la renuncia» de la presidenta Dilma Rousseff.
Los manifestantes se congregaron en la céntrica Avenida Paulista, frente al edificio de la Federación de Industrias del Estado de sao Paulo (FIESP).
Bajo un sol intenso, con banderas brasileñas, carteles con consignas contra Rousseff y el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, el grupo alentaba a los automovilistas a tocar la bocina de sus carros para expresarles su apoyo.
El número de participantes era escaso, pero los organizadores esperaban mayor afluencia a medida que avanzara el día. Por la tarde tienen previsto inflar el enorme muñeco «Pixuleco», que representa a Lula vestido de presidiario.
«Nuestra idea es quedarnos aquí hasta la renuncia de Dilma», declaró a la AFP Bruno Balestrero, un actor de 27 años que, megáfono en mano, oficiaba de organizador.
«Lo primero que queremos es la renuncia de Dilma y la prisión de Lula. Después, la de todos los políticos corruptos sean del partido que sean», añadió.
AFP