Miles de cubanos angustiados, algunos con meses varados en Panamá, reclamaron este jueves libertad de tránsito por Centroamérica para continuar su ruta migratoria hacia Estados Unidos.
Los isleños permanecen en albergues improvisados en bodegas y edificios viejos a la espera de una solución para continuar su camino ante la negativa de Costa Rica de permitirles el paso, dado que Nicaragua también les niega ingreso a su territorio.
Más de 3.000 cubanos están instalados en la zona fronteriza de Panamá con Costa Rica, angustiados por la incertidumbre en torno a la ruta que les permitiría llegar a Estados Unidos, la tierra de sus sueños.
Cerca de un centenar de isleños recorrió el trayecto de casi dos kilómetros bajo un calor sofocante entre el refugio de San Isidro, en Panamá, y el lado costarricense de la frontera para reclamar el derecho de continuar su ruta.
«Queremos seguir, queremos seguir», coreaban los caribeños, irritados por la falta de agua y electricidad en sus refugios.
«No es solo que queremos seguir, es una necesidad, no podemos seguir en estas condiciones infrahumanas», se lamentó ante la AFP la médica Ileana Bordonado, de 60 años, al participar en esta protesta a la que unos 20 policías costarricenses le impidió avanzar.
Con dos meses en Panamá, Bordonado recordó el camino sacrificado que realizó para llegar hasta este polvoriento puesto fronterizo, plagado de camiones de carga y comercios populares con prendas de vestir colgadas frente a las puertas.
«En Colombia acabaron con nuestros ahorros, en cada puesto policial nos pedían dinero. Dejamos todas nuestras pertenencias en el camino, no tenemos nada. Nos urge llegar a nuestro destino», reclamó Bordonado, quien inició su recorrido en Ecuador y espera encontrarse con su hijo en Tampa, Florida.
La pequeña manifestación se produjo un día después de que más de mil cubanos y algunos africanos intentaron entrar por la fuerza a Costa Rica, lo que llevó a las autoridades de este país a reforzar la vigilancia en la frontera.
AFP