Una inflación que no bajará de 500% este año 2016, y se acumulará hasta en un 1600% para el 2017, según cifras de varios organismos, incluido el Fondo Monetario Internacional, nos tiene desinflados del hambre y la desesperanza. Largas colas son manifestación real de una suerte de shock que el pueblo venezolano tiene ante una circunstancia nunca antes vivida.
Lo que se escucha en la calle es a veces desconsuelo, otras una suerte de acomodamiento a la crisis de un pueblo que le gusta trabajar y se las ingenia para alimentarse y llevar el pan a la casa. Eso sí, todos quieren que las cosas mejoren y saben que va a pasar, pero ¿Cuánto están dispuestos a sacrificar? ¿Hasta dónde llega este ejercicio de resistencia casi extrema? La respuesta a esto no la sabe nadie, pero el trabajo de quienes ocupamos espacios de dirigencia política, o de cualquier tipo, es determinar el alcance de la crisis y ser objetivos al momento de ver las posibilidades de salir de ella.
En tal sentido, desde hace tiempo sabemos que con este Gobierno difícilmente pueda superarse, por lo que el empeño principal es en torno a los mecanismos constitucionales para cambiarlo. No hay duda de que en este mismo camino debemos aportar en lo que podamos para subsanar las necesidades del pueblo, pero sin soluciones estructurales todo serán pañitos de agua tibia.
Esas cifras de inflación que mencionaba al inicio de este escrito es el fruto de una de mis más grandes preocupaciones, pues con esa perspectiva a futuro los cambios deben empezar a darse desde ya. La Asamblea Nacional con mayoría demócrata se empeña por dar el marco legal al progreso, pero con un Ejecutivo que usa el resto de los poderes para frenar este trabajo se hace complicado. Es menester activar la producción nacional, no hay de otra para salir de este atolladero y eso solo lo puede hacer el Ejecutivo en conjunto con una empresa privada que no confía en el Gobierno por la persecución sufrida durante 17 años y la carencia total de motivación para invertir. Complejo escenario, pero que no doblegará el esfuerzo por recuperarnos.
Son millones de personas luchando duro cada día por salir de este atolladero. Difícil que unos pocos instalados en un poder que es transitorio, pero al que se aferran con el miedo de perder prebendas y privilegios que les han convertido en una nueva clase social, cuyas brechas con el resto de los venezolanos son alarmantes. No tienen manera de justificar tanta riqueza. Es a lo que más temen, pero en la historia del mundo nunca la maldad y egoísmo de unos pocos han superado el anhelo de prosperar de muchos.
Niños mueren por falta de medicamentos.- Hago eco de las declaraciones de Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica de Venezuela, donde expresó que la escasez de medicamentos ha causado un holocausto en el país. La declaración la hizo para repudiar los fallecimientos de 46 neonatos en el Hospital Clínico Universitario por falta de fármacos. Dijo, «El gobierno no atiende el llamado de los médicos ni de las madres a las que se les mueren sus hijos… los pediatras tratan de resolver con apenas 4 ó 5% de medicamentos e insumos disponibles… El gobierno abandonó los hospitales… los pacientes oncológicos no consiguen medicamentos y los epilépticos tienen seis meses sin encontrarlos”.
Corticas.- Cristina Fernández es investigada por presuntas irregularidades en la venta de dólar a futuro por parte del Banco Central durante su gobierno.- Parlamento brasilero a punto de recortar periodo presidencial de Dilma Roussef, lo que la sacaría del poder.- Presidente Maduro insultó a la comunidad autista.- OPEP confirmó que permanece el exceso de oferta y demanda de petróleo.- Subastarán pistolas de Simón Bolívar con un precio base de 1,5 millones de dólares.- Felicitamos a la Alcaldía de Los Salias por asumir la política pública pionera en la gestión del alcalde de Carrizal José Luis Rodríguez como es el Botón de Vida, evidencia de que Carrizal como ejemplo de Miranda debe seguir desplegando sus beneficios a más municipios.