
Miles de personas se manifestaron contra el tratado comercial entre EE.UU. y la Unión Europea, tras la visita del presidente estadounidense, Barack Obama, a Alemania
Decenas de miles de personas se manifestaron este sábado en Hannover, Alemania, en contra del tratado comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea a un día de que respalden la iniciativa en esta ciudad el presidente de EEUU, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel.
La mayor de las ocho protestas convocadas, que contó con el respaldo de una treintena de grupos ecologistas, organizaciones humanitarias, sindicatos y partidos políticos, congregó a unas 25.000 personas según la policía y hasta 90.000 según los organizadores, destacó Efe.
Esta marcha discurrió de forma pacífica por el centro de la ciudad entre música y eslóganes contra tratados de libre comercio, productos transgénicos, multinacionales y lobbys, y escoltada por una treintena de tractores y una gran estatua de madera con forma de caballo bajo el lema «TTIP: ¿Un troyano?»
Los manifestantes cargaron contra el proyecto para aprobar una Asociación Transatlántica para el Comercio y las Inversiones (TTIP) alegando que reducirá los estándares de calidad de los productos, dañará el medioambiente, lesionará los derechos laborales y limitará la soberanía de los estados implicados.
Mientras, Merkel y Obama, los dos máximos defensores del TTIP a ambos lados del Atlántico, volvieron a insistir por separado sobre la importancia de que salga adelante este acuerdo.
El presidente de EEUU, en una entrevista que publicó el diario popular “Bild”, aseguró que el TTIP es “una de las mejores herramientas para impulsar el crecimiento” y para crear puestos de trabajo tanto en EEUU como en Europa.
Merkel destacó la “gran oportunidad” que supone el TTIP para que la UE y EEUU fijen los estándares comerciales a nivel global y rechazó las acusaciones de que las negociaciones se están llevando a espaldas de la población.
Ambos líderes saben que el TTIP precisa de impulso político, ya que las perspectivas de que salga adelante son cada vez menores, por las crecientes críticas, las persistentes diferencias entre las partes -que inician la semana que viene su décimo tercera ronda- y los apenas ocho meses de mandato que le restan a Obama.
Obama quiere también con este viaje -que le ha llevado previamente al Reino Unido- reasegurar a sus socios europeos de que EEUU necesita del viejo continente para afrontar los desafíos actuales: “la lucha contra el Estado Islámico (EI) y Al Qaeda”, la protección de Ucrania frente a la agresión rusa y la recuperación económica global.