
El reloj marca las 4:00 a.m. cuando ya cientos de personas se apuestan en las afueras de los mercados altomirandinos, donde se han aplicado varias estrategias para combatir el fenómeno del bachaqueo, la reventa, usura y acaparamiento, sin que esto logre reducir las filas en los alrededores de los locales.
“Ahora están cumpliendo con el tema de los terminales de la cédula de identidad y combatiendo las colas paralelas que hacían funcionarios públicos de algunos entes, pero hasta que no aumente la producción los venezolanos tendremos que seguir madrugando y cazando productos de local en local”, dijo Carla Jiménez, habitante de José Manuel Álvarez que se formó una vez más a la orilla de la carretera Panamericana la mañana de ayer.
–Se suponía que ya habían rehabilitado el espacio para retomar las colas internas en el estacionamiento del Centro Comercial Súper Líder, según leí en la prensa, pero cuando llegué el miércoles me topé con la cola que de broma llegaba hasta Los Cerritos. En cualquier momento puede ocurrir una tragedia y nadie pagará por los platos rotos.
Ante la fila que se ha convertido en parte del paisaje urbano haga sol o llueva, efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) monitoreaban la situación para evitar alteraciones de orden público o situaciones irregulares como la registrada en el estado vecino Aragua, donde el mercado mayorista fue saqueado.
“El ambiente estaba más tenso de lo normal por las marchas convocadas en Caracas. La GNB estaba desplegada en las sedes del Consejo Nacional Electoral (CNE), así como en las colas de los supermercados para controlar cualquier estallido social. Cuando menos lo esperen eso viene porque ya la gente está cansada, incluyéndome”, dijo Mauricio Marcano, quien acompañaba en la fila de Todofertas de Carrizal a su esposa.
–Hasta que no reactiven la economía en este país las colas no van a hacer más nada que no sea agudizarse; lo peor es que cada día se siente más desesperación entre las personas porque se encuentran menos productos de primera necesidad; ya no se hallan bachaqueados y mucho menos regulados.

Miércoles
agotadores
Por ser los miércoles los días de parada de los trabajadores informales en Los Teques, compradores señalaron que éstas suelen ser las jornadas más agotadoras porque hay más gente en las filas.
“Con el anuncio de los días libres para los trabajadores públicos la situación empeora aún más porque como no están trabajando aprovechan de ir a hacer colas para adquirir comida (…) Hasta hace unos días solo se hacían filas por productos específicos como leche, harina o pañales, pero ahora por cualquier cosa que llegue a los anaqueles la gente parece volverse loca”, dijo Fátima Sosa, residente de Lagunetica que este miércoles se formó fuera de un local atendido por asiáticos en la avenida Bolívar de Los Teques a ver si corría con la suerte de adquirir mantequilla y aceite.
–Las riñas están a la orden del día; se han visto casos de agresiones incluso a fotógrafos de periódicos locales que quieren cubrir las colas y la gente se altera porque creen que se van a colear. Los niveles de tolerancia de los venezolanos están como El Guri, bajos y críticos. Sinceramente no sé cómo no ha ocurrido una tragedia en medio de estas desesperantes colas que muchas veces tienen un final frustrante porque cuando se está a punto de ingresar al local avisan que ya todo se acabó.
Ante este tipo de situaciones los clientes piden mayor organización en los comercios. “Ellos saben la cantidad de productos que llega, así que deben entregar los números y si son 100 paquetes de papel de baño, solo deben formarse 100 personas. Es peligroso jugar con el tiempo y la paciencia de las personas”, añadió la entrevistada de la capital mirandina.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl