
“Desde hace tiempo La Unidad le viene advirtiendo al presidente Maduro y a las rectoras oficialistas del CNE que el país está al borde de un estallido social y que el referendo revocatorio es una válvula de escape para bajar la inmensa presión que siente el pueblo por la falta de comida y medicamentos y por los altos niveles de inseguridad; y que lo responsable es que se faciliten los procedimientos y lapsos para que sea convocado este mismo año”, reseñó el politologo Sergio Graffe.
Asegura que indistintamente de los resultados a favor o en contra, el revocatorio presidencial se ha convertido en una necesidad social porque el pueblo necesita expresar su opinión ante la magnitud de la crisis de escasez, inflación e inseguridad; “pero si desde las cúpulas del poder insisten en coartar ese derecho político establecido en el artículo 72 de la Constitución Nacional, los hechos de saqueos aislados que han sucedido en varias partes del país, se convertirían en un fenómeno masivo y ante lo cual la fuerza pública tendría que salir a reprimir el pueblo para retomar el orden, con las consecuencias fatales que ello supone”.
Graffe aseguró que aquí no está planteado cambiar a Maduro sino al gobierno en general, “que es el responsable directo de la catástrofe nacional debido a su incapacidad para conducir la economía; y es la verdadera razón por la cual desde la cúpula del Psuv están intentando retrasarlo o suspenderlo `como sea,´ porque tienen la certeza de que el cambio es indetenible y de esa forma perderían los privilegios de usufructuar el poder por 17 años”, dijo.
Si el revocatorio no se realiza este año, “se aceleraría el proceso de descontento que está viviendo la población venezolana porque ya perdió la esperanza de que este gobierno pueda cambiar de rumbo y lo más conveniente para todos, incluso para la élite gobernante y la cúpula del Psuv, es que se permita la canalización de la frustración popular y así evitar que se exprese en las calles como en el “caracazo” del año 1989”.
Daniel [email protected] / @dmurolo