Pequeñas carpas reemplazan casas destruidas por terremoto en Ecuador

El terremoto destruyó su casa en segundos, pero Paola Mera está segura de que podrá reconstruir su hogar, que por ahora es una pequeña carpa en un albergue de Pedernales, epicentro del terremoto que devastó la costa de Ecuador hace un mes.

«Bienvenidos a mi casa», dice Mera, de 21 años, mientras levanta una cortina de la carpa número 2 del campamento Nueva Esperanza de Pedernales, que se organizó tras el potente sismo que sacudió al país el 16 de abril.

En este refugio, instalado en una descampada cancha de fútbol de un colegio y con carpas donadas por ACNUR, habitan 55 familias que agrupan a 228 personas, explicó a la AFP Patricio Rosas, encargado de coordinar el albergue.

Un cuadro de una virgen y una estampa de Cristo decoran la tienda de Mera, que incluye tres colchones a ras del piso, una mesa de plástico, un andador de bebé y un ventilador, los únicos objetos que pudo rescatar de la vivienda que arrendaba y que colapsó con el sismo.

«No tengo adónde más acudir. Considero que este es un pequeño hogar, un pequeño refugio para salir adelante», comenta a la AFP Mera dándose tiempo para amamantar a Jesús, el menor de sus dos hijos.

La vida en el albergue «es algo incómoda», dice la joven en referencia a los 9 m2 de la carpa, sin dejar de agradecer la ayuda que recibe.

«Aquí me siento un poco protegida. Los que viven aquí al lado son conocidos, acá atrás vive mi suegra, en la ‘casa’ 39, y de ahí me he hecho amiga de las otras personas de las carpas», asegura Mera, quien mata el tiempo pintando las uñas a sus nuevas vecinas, un trabajo que aprendió «mirando videos en Youtube».

Afuera de la carpa de la familia Puertas-Mera, dos muchachas esperan ser atendidas por la manicura, y a pocos metros un grupo de niños juega con un balón con mujeres policías a cargo del cuidado.

AFP

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