La policía griega evacuó este martes a más de 2.000 migrantes del campamento de Idomeni, en la frontera con Macedonia, donde desde hace meses se hacinan miles de personas que huyen las guerras y la miseria.
La operación empezó al amanecer y proseguía por la noche. «En total, 2.024 migrantes abandonaron el lugar en 42 autobuses y la operación continuará», indicó a la AFP una fuente policial.
La evacuación, que se llevó a cabo de forma pacífica, durará una semana, según el gobierno.
«Todo está saliendo bien, gracias a Dios. Incluso mejor de lo esperado», dijo a la AFP una fuente policial en Atenas.
El superpoblado y caótico campamento de Idomeni se convirtió en símbolo de los padecimientos de centenares de miles de personas que huyen de países de Medio Oriente, Asia y África y confrontan a Europa a su peor crisis migratoria desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Los medios tenían vedado el acceso a la zona por barreras policiales instaladas a tres kilómetros del campo, exceptuando los equipos de la televisión pública Ert 1 y de la agencia estatal ANA, que mostraron imágenes de migrantes esperando el traslado.
Algunos saludaban hacia las cámaras y muchos llevaban sus pertenencias en bolsas de basura o las apilaban en carritos de niños, bajo la vigilancia a cierta distancia de policías de uniforme azul y cascos blancos.
Las autoridades indicaron que darían prioridad a menores solos o a familias monoparentales.
La evacuación se produce después de un invierno con lluvias gélidas que convirtieron al lugar en un lodazal y de varias tentativas de forzar los pasos fronterizos, que condujeron a enfrentamientos con la policía de Macedonia.
La ola migratoria también provocó tensiones con los agricultores y perturbaciones en el tráfico ferroviario hacia el norte de Europa, a causa de cortes de vías durante manifestaciones de protesta de los refugiados.
AFP