Temer autorizado en Brasil a gastar más de lo que recaude en 2016

El presidente interino de Brasil, Michel Temer, celebró el miércoles la primera victoria de su gobierno después que el Congreso autorizara esta madrugada que las cuentas públicas cierren este año con un millonario déficit.

Tras más de 16 horas de debates, el Legislativo aprobó la reducción de la meta de superávit fiscal para que se anote un déficit primario de hasta 170.500 millones de reales (47.749 millones de dólares), considerando todo el sector público.

«Fue una linda victoria», declaró Temer escuetamente a periodistas horas después de la votación, que significó el primer triunfo en un período marcado por turbulencias y coletazos de escándalos de corrupción desde que llegó al poder tras la suspensión de la presidenta Dilma Rousseff hace 13 días.

Con esta decisión el gobierno de Temer – que asumió de forma interina mientras Rousseff es juzgada por manipulación de las cuentas públicas – podrá en la práctica gastar más de lo que recaude este año.

«Es una cifra justa, es una cifra buena para el país», había comentado más temprano el diputado Dagoberto Nogueira, relator del proyecto de reforma del presupuesto. «Le estamos dando un cheque en blanco al gobierno», lamentó por su parte la diputada del Partido Comunista, Jandira Feghali.

Aprobar esta meta
era crucial para Temer
De haber sido rechazada, le hubiera obligado a hacer malabares y prácticamente parar la máquina pública con violentos cortes para cumplir con la meta de superávit primario -ahorro antes de pagar intereses de la deuda- de 24.000 millones de reales (6.700 millones de dólares) prevista inicialmente en el presupuesto aprobado para 2016.

El gobierno de Rousseff ya había enviado al Congreso una revisión de la meta fiscal, con una proyección de déficit de 96.000 millones de reales (unos 27.000 millones de dólares al cambio actual), pero ésta no llegó a ser votada en medio de la paralización de la agenda política debido a la crisis.

Con el déficit en 2016, la mayor economía latinoamericana terminará su tercer año con un rojo fiscal, mientras se encamina hacia su peor recesión en un siglo.

AFP

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