El otrora sueño de montar un negocio propio se ha convertido en la pesadilla de más de una persona, que producto de la escasez reinante está a punto de bajar las santamarías de sus negocios al no poder costear los fluctuantes números del mercado negro.
“Una paca de harina que regulada hasta hace un mes no llegaba a mil bolívares, era comercializada antes del anuncio del aumento en 30 mil bolívares, situación que se repite con el azúcar, lo que hace cuesta arriba que uno instale el tarantín para vender empanadas cada domingo en el mercado a cielo abierto de la avenida Francisco de Miranda”, confesó Maryuri Gómez, asistente de las más de 300 ventas que allí funcionan semanalmente.
–Los encargados no quieren aumentar porque espantan a la clientela pero comprándole a los bachaqueros no hay otra salida. En lo que va de año han dejado de trabajar durante cinco domingos debido a que ha llegado el momento en el cual se quedan sin materia prima. Es una situación muy compleja.
El caso está lejos de ser aislado y representa una especie de radiografía de la situación que están atravesando los trabajadores independientes y que fue debatida en el más reciente encuentro de coordinadores regionales de la Asociación de Trabajadores, Emprendedores y Microempresarios (Atraem).
Alfredo Padilla, director general de Atraem, explicó que la vendedora de tortas, el pequeño panadero o el cafesero al no conseguir la materia prima para elaborar sus productos, tiene que inevitablemente acudir al bachaquero que tiene los precios por las nubes.
“La escasez y el mercado negro colocan al trabajador por cuenta propia en jaque, porque si el albañil no consigue cemento o el estilista tinte de qué van a vivir. Si compran a altos costos esto se ve reflejado en el producto final, lo que lo haría inalcanzable para ser adquirido por la ciudadanía común”, dijo.
Padilla señaló vía nota de prensa que el nivel salarial ya no alcanza para comprar con sobreprecio y por esa razón aumentan las cosas. Por otro lado, el acompañamiento de funcionarios policiales se ve deprimente y angustiante. “No se ha resuelto el dilema de haber aflojado el control de precios tan rígido que han venido sufriendo los comerciantes, no hay solución a la vista”.
Afirmó que según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE) los trabajadores por cuenta propia representan el 50 % de la población económicamente productiva, llegando a casi los 7 millones de personas. “Desde nuestra organización nos hemos centrado en agremiar a este importante sector con presencia en buena parte del país como Aragua, Zulia, Sucre, Anzoátegui, Lara y Nueva Esparta, buscando el diseño de políticas para fortalecer al trabajador por cuenta y riesgo”.
Con respecto a los Comités Locales de Abastecimiento y Distribución (CLAP), el vocero rechazó este sistema al considerarlo excluyente y que podría convertirse en una especie de bachaqueo legal, asimismo la discriminación política en el momento de la entrega de la bolsas de comida. “Recordemos que los CLAP son controlados por las comunas y las patrullas del PSUV, igualmente como harán para surtir a los pequeños emprendedores por ejemplo vendedores de empanadas que necesitan más harina de maíz que una familia particular”, expresó.
Más grave
en el interior
Víctor Chourio, coordinador de Atraem en el Zulia, indicó que el problema de escasez se recrudece en zonas del interior, y esto afecta directamente al emprendedor que hace peripecias para fabricar sus productos a pesar de no conseguir la materia prima. “El mercado de la pulgas de Maracaibo es un reflejo claro de la crisis con la ausencia de los productos de primera necesidad, y cuando llegan a los puestos el control del Sundee y los funcionarios policiales es abusivo. Muchos de estos están en complicidad con bachaqueros fomentado los sobreprecios”, sentenció.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl
