
Incorregible. Así parece la situación de desabastecimiento que azota a los altomirandinos, quienes tienen dos opciones para acceder a productos básicos: protagonizar largas y extenuantes colas de no menos de 9 horas o acudir a los revendedores, quienes inyectan sobreprecio de hasta 1.000 % a cada artículo.
“Ajustar los precios a la realidad es un paso importante en la economía, pero hasta que no liquiden las divisas y las deudas sean honradas, seguiremos sin recibir materia prima y eso se reflejará en los estantes de todos los comercios, sin distingo de rubro”, reflexionó un comerciante carrizaleño que se identificó como Roland Rodríguez.
–Los despachos cada vez son más irregulares y la mercancía llega más cara. A veces marca un precio pero te hacen pagar una vacuna o no te despachan. Hay toda una mafia detrás de la escasez de alimentos y es precisamente por todas esas personas que se benefician de la crisis que es tan difícil salir adelante.
La denuncia es avalada por otros vendedores. “Ya nadie quiere vender huevos porque te lo facturan al precio justo pero por cada caja te cobran un monto adicional para que la granja te despache; ese monto obviamente debe ser agregado al que paga el consumidor final y es por eso que vemos que cada semana sigue subiendo el costo como la espuma”, dijo Marino Querales, quien atiende una bodega en el barrio José Manuel Álvarez.
–Un amigo que vendía en el mercadito a cielo abierto de la avenida Arvelo dejó de comprar huevos luego de que hace algunos días llegara una comisión de Poliguaicaipuro queriendo obligarlo a vender medio cartón en 500 bolívares cuando ese no es el monto para comprarlo a la granja. Son unos desfasados que quieren seguir con su demagogia, pero ya el pueblo está consciente de la situación y hace tiempo dejó de tragarse el cuentico de la guerra económica.
Los grandes perjudicados con la problemática son los compradores, a quienes cada día les cuesta más adquirir mercancía regulada. “Con el cuento de los fulanos Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) dejará de llegar la mercancía con precio justo a los supermercados. Si ya la situación está difícil, cuando ejecuten esta medida si es verdad que nos iremos a comer un cable”, afirmó Carmelo Bustamante, residente de la urbanización El Solar de La Quinta, donde no han hecho el censo.
–Será que se están metiendo exclusivamente en los barrios porque que yo sepa esta zona no la han visitado, como si uno no pasara calamidades con esta economía de locos ni tuviera derecho a acceder a los productos regulados.

Mercados
verdes
La imposibilidad de comprar harina de maíz precocida, arroz, pasta, caraotas, arvejas, lentejas y un largo etcétera ha llevado a muchas amas de casa a refugiarse en las fruterías; sin embargo, temen que con el alza en la demanda de estos productos también llegará el día cuando la gente se forme para adquirirlos o simplemente comiencen a escasear.
“Parece que tuviéramos todo en contra. Los trabajadores del campo no escapan a la crisis: hay escasez de fertilizantes y semillas; además deben lidiar con los altísimos costos de los repuestos para los camiones utilizados para transportar la mercancía y de ñapa les están robando los implementos de trabajo”, dijo Francisco Gutiérrez, comprador.
–Tengo amigos agricultores en San Pedro de Los Altos y El Jarillo y me dicen que la cosa está negra para ellos. Eso se nota muchas veces en el mercado de la Arvelo, cuando uno no ve a su vendedor de confianza y luego te enteras de que no pudo llegar porque se le espichó un caucho al camión, fue víctima del hampa o simplemente no tenía suficiente mercancía que ofrecer.
Pese a esta situación y ante la creciente tendencia de comprar más verduras y hortalizas, cada vez en más locales y tarantines de los Altos Mirandinos ofrecen esta mercancía natural.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl