
El tequeñón que a inicio de año se podía degustar pagando Bs. 100 ya va por 500 y “con tendencia a aumento” según advierten los propios comerciantes, quienes reseñan que lidian diariamente con los nuevos precios que les ofrecen sus proveedores.
“Todo es una cadena y cuando sube solo un eslabón altera el resto”, confiesa Marcos Quijano, encargado de un puesto de venta en San Antonio de Los Altos, donde ofrece empanadas y arepas, el cual mantuvo cerrado durante tres semanas: las primeras dos porque no encontraba harina PAN y la tercera por escasez de aceite.
–Uno no puede caer en las manos de bachaqueros porque altera aún más la estructura de costos y ya el número de comensales ha disminuido considerablemente este año, porque pagar entre 700 y 1.000 bolívares diarios solo en un desayuno es una renta que no todos pueden cubrir.
La opinión es respaldada por Víctor Requena, quien al escuchar la conversación interviene y apunta que “hay que decidir cuál comida del día hacer; como los médicos dicen que el desayuno es la más importante del día, procuro optar por esta primera ingesta”, reseña mientras señala la arepa de perico que quiere degustar y por la cual cancelará Bs. 700.
–Un kilo de harina de maíz precocida marca Bs. 19, la más cara ronda los 250 y de allí pueden sacar al menos 20 porciones; sin embargo ya con una sola arepa mira cuánto le ganan. Uno sabe que hay que contar la mano de obra y el relleno, pero igual es un abuso. Hasta enero 700 bolívares era lo que yo pagaba por un menú ejecutivo en Los Teques (…) Hoy pago la arepa porque no me dio chance de preparar comida y porque así no como más hasta que llegue a mi casa a eso de las 8:00 p.m. y me prepare una ensalada u opte por un par de huevos sancochados.
Quienes se declaran “cafeseros” se las ven más negras porque un café pequeño ronda los Bs. 250, el grande puede duplicar el costo y si es de máquina el número puede alcanzar los 800. “Llevaba toda la vida acostumbrada a tomarme tres negritos al día y si el clima estaba lluvioso incorporaba uno en la merienda, pero ahora si acaso hago uno. Si estoy en la calle me abstengo de tomarlo y si estoy en casa opto por alternarlo con té e infusiones para rendir el medio kilo que me consiguieron por Bs. 1.600”, confesó Ester Castro, vecina de Carrizal.
–Recuerdo que hasta el año pasado uno todavía brindaba el cafecito a los amigos, repetía empanadas e incluía una chuchería para el camino, pero ahora si acaso se puede llevar una empanada y un jugo; hay que saber escoger cuál porque si es el té de bombita Lipton que tanto me gusta te puede salir hasta en Bs. 600; uno natural de parchita que hasta hace dos días pagaba en 230 ya va por 260 y una malta, cuando se conseguía, estaba en 250 bolívares la botellita. Todo es una exageración en el país y lo peor es que no para, más bien se agudiza.
Cambiando
hábitos
Quienes acostumbraban comer arepa frita con diablitos, queso amarillo o atún, empanadas o panquecas han tenido que cambiar ligeramente sus gustos. “Hasta mediados de año estuve desayunando yuca: la preparaba sancochada e incluso la usé para hacer arepa; como ya me cansé y de paso se puso a valer Bs. 800 el kilo, ahora incluyo vegetalitos como brócoli y me mantengo pendiente de la fruta de temporada”, confesó Gerardo Crespo, residente del sector Las Cadenas, en la capital mirandina.
–Todavía puedo hacer mis tres comidas del día, nada que ver con mis suculentos platillos de antes pero al menos agradezco a Dios no tener el estómago vacío, a diferencia de muchos compañeros de trabajo, quienes incluso sacrifican hasta dos papas del día por no tener ni tiempo para hacer colas ni dinero para pagar el sobreprecio que imponen los bachaqueros que hacen que un kilo de azúcar que marca Bs. 26 te lo ofrezcan en 1.600 (…) Hasta ellos cambian los dígitos con la inflación porque hasta hace nada ofrecían el producto por 800 bolívares, que ya era bastante elevado.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl