
Precios más exorbitantes cada semana hacen que, en promedio, diez comerciantes no puedan instalar sus tarantines en el mercadito de la antigua avenida Arvelo en la ciudad del clima ideal.
“Hoy no tuvimos a los vendedores de dulcería típica como tortas, gelatinas, quesillos y galletas porque no encontraron los insumos para elaborar sus productos”, reveló Régulo Baute, coordinador de la venta informal, quien agregó que lejos de mejorarse, la situación se va agravando conforme avanzan los días.
–Este es el único país donde el pueblo ataca al pueblo. Ya un bulto de harina PAN que regulado no llega ni a mil bolívares, no lo están ofreciendo por menos de 30 mil, descapitalizando a los comerciantes que no pueden vender para generar pérdidas. Entonces vemos cómo para no caer en manos de los revendedores no instalan su puesto, lo que implica una jornada de trabajo perdida. Estamos entre la espada y la pared.
La situación es percibida por los compradores, muchos de los cuales le brindan su lealtad a vendedores específicos. “Yo tengo cinco año comprándole las verduras al mismo señor y me sorprendió muchísimo no verlo este domingo”, declaró Vilma Querales, residente de El Trigo.
–Uno nota las ausencias; sin embargo, este mercado sigue siendo una buena opción para todas las personas que quieren rendir la platica. Aquí pude llevarme un poquito de carne, otro de pescado, algunas legumbres y frutas que rendiré a lo largo de la semana.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl