
De espanto y brinco. Así se vislumbran los costos de la lista escolar que en promedio rondará los 100 mil bolívares. Sin embargo, en un país donde los precios cambian como el clima, de golpe y sin previo aviso, en las librerías ya no se atreven a dar presupuestos y si lo hacen advierten que tienen validez de una semana.
“Antes uno desde junio entregaba presupuestos y se mantenían los números hasta septiembre; uno que otro rubro producto tímidamente, pero ahora cada semana los proveedores traen precios nuevos, lo que evidentemente afecta toda la cadena de comercialización y termina pagando el último eslabón que es el consumidor”, dijo Gerardo Gómez, encargado de un negocio en el casco central de Los Teques.
–Cada año las compras son realizadas más a cuentagotas. Hasta hace cinco años apenas terminaba el año escolar las librerías eran un hervidero de personas y se llevaban las listas de un solo golpe antes de que culminara julio; con el paso del tiempo las compras fueron más apáticas y pese a las facilidades de pago e incluso las reservaciones de mercancía, ya el movimiento no es igual.
Los comerciantes no son los únicos en notar las diferencias en los patrones de consumo. “El año pasado gasté 20 mil bolívares, ese es el monto que este año, con suerte, solo gastaré en zapatos”, dijo Margarita Alonso, madre de una pequeña de seis años que estudia en un colegio católico subsidiado.
–Afortunadamente la mensualidad me quedará en 8 mil bolívares, lo cual es una bendición si comparo con otros colegios donde los costos van de 20 a 40 mil bolívares; sin embargo, los implementos están excesivamente caros: media resma de papel bond en Bs. 3.500, cuadernos a partir de 2 mil y libretas desde 6 mil bolívares. Ya ni con un sueldo de diputado pueden afrontarse los gastos diarios.
Fuera de
radar
Ante lo caro de camisas, chemises, pantalones, chaquetas, suéteres y zapatos, muchos estarán repitiendo ropa y no faltarán quienes usen las “chivas” de hermanos y primos. “Al pantalón de mi chamo le bajaré el ruedo y la camisita tocará blanquearla bien en vacaciones y quitarle las pelusas para que la siga usando hasta que aguante y yo agarre un respiro como para comprarle otra”, confesó Mariela Rojas, residente de Lagunetica.
–Antes esta fecha era de disfrute; uno salía en familia a hacer las compras, los chamos escogían los zapatos de su preferencia, el morral de su gusto y las libretas con los muñequitos de moda; ahora se agarra lo estrictamente necesario y la versión más económica. Es más, si piden textos serán usados, ya tengo un negocito ubicado donde hacen cambalaches de libros durante el año escolar.
Otros más extremos optan por arrancar las hojas usadas de los cuadernos para alargar la vida útil y darse un respiro de cara al nuevo año escolar. “Tiene un juego de escuadras incompleto, pero tiene con qué trabajar; igualmente tiene sus colores, borra y lápices viejos con los cuales seguirá trabajando porque la masa no está para bollo”, dijo Gisell Jiménez, residente de la calle Roscío, quien ya ha visitado sin éxito unas cuatro librerías en Los Teques en busca de los implementos para su pequeña.
–Todo está muy caro. Los morrales se cotizan desde 30 mil bolívares, las loncheras en 15 mil y las cartucheras en Bs. 10 mil; a la niña le tocará usar todo lo del año pasado, solo compraré lo que haga falta reponer y si lo encuentro, porque la escasez no perdona al sector escolar.
Emigrando
Quienes no saben cómo afrontar un nuevo año escolar están considerando cambiar a sus chamos del sistema privado al público. “Tengo a mi hija en San Antonio de Los Altos y terminó quinto grado pagando 25 mil bolívares, costo que en cualquier momento variará, así que me tocará traerla otra vez a Los Teques y a una institución pública porque o estudia en un colegio o comemos, pero ambas cosas no podemos hacerlas”, dijo Jiménez.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl