El contraste era enorme entre lo que decían las cifras y lo que contaba el colombiano Nairo Quintana. Mientras la clasificación mostraba que tras ser quinto en la antepenúltima etapa del Tour de Francia volvía a subirse al podio provisional, el ciclista del Movistar aseguraba que por su mente había pasado la posibilidad de bajarse de la bicicleta.
Quintana sufre de un mal que no sabe explicar y que nadie cuenta en el equipo español. Una enfermedad que le impide brillar a su nivel habitual, que no le deja ser el ciclista ofensivo que asesta zarpazos a sus rivales. Pero un mal que no le impide estar entre los mejores, destacó Efe.
Lejos del británico Chris Froome, lanzado a por su tercer Tour de Francia, el segundo consecutivo, el colombiano sigue en la lucha por uno de los dos escalones que le flanquearán en el podium de París.
Es cierto que venía a ganar el Tour y hacer así realidad el «sueño amarillo» pero no lo es menos que ahora el horizonte es más modesto y que tanto él como Movistar han confesado que se conforman con subir al podium.
«Es como si fuera un milagro de Dios poder estar de hecho hoy aquí, estaba muy mal», aseguraba el colombiano tras atravesar la meta de Saint-Gervais-les-Bains.
El corredor parecía derrotado, hundido, resignado, incluso reconocía que por su mente se le había pasado la posibilidad de bajarse de la bicicleta.
«Pero mis compañeros han hecho un trabajo formidable y ellos me han mantenido sobre la bicicleta», aseguraba.
Sus palabras contrastaban con lo que se vio en la etapa, la primera de alta montaña en la que no perdió comba con los mejores y en la que logró sacar diez segundos a Froome, víctima de una caída y que cruzó la meta con la bicicleta de su compañero Geraint Thomas.
«El cuerpo no va, las piernas no funcionan», aseguró Quintana como para justificar que no atacó al líder herido.
El colombiano no dio pistas sobre el origen de su mal. La víspera había dejado entrever que podía tratarse de algún tipo de alergia, pero la lluvia que cayó hoy en la región de Saboya, donde se disputó la etapa, habría limpiado el ambiente. Y Quintana no notó mejores sensaciones.