Corrían las 7:30 pm cuando Yolanda Paredes salía del Automercado San Diego, luego de comprar dos kilos de harina de maíz hace dos semanas; según su relato, fue interceptada por un choro que con un puñal en la mano la obligó a que le entregara la bolsa de alimentos adquiridos luego de más de siete horas de cola.
Como este son muchos los cuentos de atracos perpetrados en las inmediaciones de la localidad en la cual predominan los conjuntos residenciales y las quintas; no en vano los antisociales se han dado a la tarea de aterrorizar a la comunidad al cometer asaltos a diestra y siniestra a toda hora del día.
Fe de ello la da Paredes, vecina del edificio Camino Real, que hasta en tres oportunidades ha sido víctima de los asaltos en horario nocturno a la hora de dirigirse a su lugar de residencia. La fémina contó cómo la despojaron de su teléfono celular y de la cartera en robos que se ejecutaron durante febrero y junio respectivamente.
‘‘El problema más grande que acá tenemos es la inseguridad, ya que antisociales que se meten por la entrada de El Vigía vienen a hacer estragos aquí robando a diestra y siniestra’’, dijo aclarando que pese a todo el esfuerzo y la disposición de los funcionarios de la Policía del estado Miranda (Polimiranda) que patrullan por la zona, ‘‘parece que luego que atrapan uno aparecen cinco choros más’’.
Aunado a ello, apuntó que este gran número de asaltos son perpetrados por culpa del pésimo alumbrado público, siendo aprovechadas las solitarias y oscuras calles de la zona como lugar perfecto para robar sin impedimento alguno.
‘‘Hace algunos meses hasta secuestraron a un efectivo de la Guardia del Pueblo a la salida de uno de los restaurantes de comida rápida de la zona; esa vez los choros esperaron que se levantara de su mesa y justo cuando se iba a montar en su camioneta lo abordaron con sendas pistolas en la mano’’; en aquella ocasión, el miembro del cuerpo castrense fue hallado por los patrulleros de Polimiranda en las inmediaciones de la carretera vieja Caracas – Los Teques.
Abordando otras modalidades de hechos delictivos, Paredes comentó que en varias oportunidades los vecinos de las quintas de Los Nuevos Teques han reportado a través de grupos de mensajería instantánea cómo individuos no identificados han entrado a hurtar bienes durante la madrugada.
‘‘Pedimos a los cuerpos de seguridad que nos faciliten la ayuda para controlar y mantener a raya a los choros en la zona, y en segunda instancia queremos hacerle un llamado a la Alcaldía del municipio Guaicaipuro para que se haga cargo de una vez por todas de cambiar los bombillos y garantizar el alumbrado de estas calles durante las noches’’, concluyó.
Agua a cuentagotas
A su vez, Jenny Fernández, residente del edificio El Samán, habló acerca de la situación con el agua en la zona, confesando que semanalmente se las cortan hasta en dos ocasiones, dejándolos atados de manos y pies a la hora de realizar tareas básicas como cocinar, lavar o incluso bañarse.
‘‘Antes el agua no faltaba, pero luego del problema con el embalse La Mariposa la sequía y el racionamiento nos cortan el agua cada dos por tres’’, dice asegurando que en ocasiones ha tenido que irse a casa de un familiar para buscar agua en botellones plásticos.
Aceras necesitan un cariñito
Fernández tampoco dudó en señalar el mas estado en el cual se encuentran las aceras de la zona, apuntando que en más de una ocasión vecinos del edificio se han caído debido a los huecos o a las imperfecciones del concreto que con el paso del tiempo se ha ido deteriorando. gf
Frederick [email protected] / @FredoCorleone_
