Varios son los casos que pueden empañar la máxima cita del deporte universal
La participación de los rusos, el remate de los últimos trabajos… El COI y los organizadores de los Juegos Olímpicos de Río se hallan en una verdadera carrera contrarreloj a tres días de la ceremonia inaugural del viernes.
Es casi un ultimátum. No hay margen para postergar la cuestión de la participación de los deportistas rusos en Río. «Ese asunto debe estar resuelto antes del inicio de los Juegos, así que antes del viernes», lanzó Mark Adams, uno de los portavoces del COI, anunciando la creación de un comité de tres miembros encargado de analizar minuciosamente -y llegado el caso sancionar- las listas de deportistas rusos propuestos por cada federación internacional.
En ningún caso los descartados por dopaje o supuesto dopaje tendrán cabida en Rio. Su atención de centrará pues en los deportistas designados como ‘seleccionables’ el 24 de julio por cada federación internacional.
Como dificultad añadida, algunos atletas excluidos acudieron al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), que escuchó el domingo a Vladimir Morozov y a Nikita Lobintsev, dos de los siete nadadores rusos descartados. Las audiencias continuarán este lunes, precisó Matthieu Reeb, secretario general del TAS, quien avanzó que no se tomaría ninguna decisión antes de la tarde del lunes.
Otros deportistas rusos, como la nadadora Youlia Efimova y el luchador Viktor Lebedev, ya habían acudido al TAS. La instancia jurídica suprema del deporte escuchará las alegaciones de la nadadora el lunes.
A cuatro días del encendido del pebetero, restan incógnitas por resolverse de un escándalo de dopaje en el deporte ruso que salió a la luz hace casi nueve meses, en noviembre de 2015, con la revelación de un sistema organizado de dopaje en el atletismo.
Thomas Bach, presidente del COI, rechazó el domingo cualquier responsabilidad en la dilación del proceso, aludiendo a la tardía publicación el 18 de julio del informe McLaren, que confirmaba un dopaje de Estado en Rusia.
Plomeros en la Villa
El tiempo se les echa encima a los organizadores. Mientras los atletas del mundo entero llegan a Rio, el estado de la villa olímpica deja que desear.
En su inauguración el 24 de julio, quince inmuebles de 31 presentaban problemas de plomería, como fugas de agua o baños taponados por bloques de cemento, para lo que fue necesaria la asistencia de 630 plomeros…
«Cuando llegué (el jueves) al aeropuerto, decidí acudir inmediatamente a la Villa, incluso sin tomar tiempo para ducharme o afeitarme», confesó el domingo Thomas Bach. «En el lugar, mientras conversaba con los atletas o con los jefes de las misiones, sentí que eran optimistas. Los últimos trabajos fueron realizados durante las últimas 24 horas y la Villa presenta ahora un estado fantástico».
Abandonos en la Villa
Los primeros en llegar, los australianos, se vieron obligados incluso a abandonar durante un tiempo la Villa. A su vuelta, su edificio sufrió un incendio el viernes, rápidamente sofocado por los bomberos. Los organizadores dan cada paso sobre el alambre. En el Parque Olímpico aún se dan las últimas pinceladas. La principal duda recae en el Velódromo, que no fue terminado hasta finales de junio, lo que impidió a la organización testarlo con una prueba de nivel antes del 11 de agosto.