“Quien no madruga no come”, afirma Betzabet Gómez para justificar que una vez a la semana sale a las 3:00 a.m. de su casa para maximizar las posibilidades de ingresar a la sucursal de Súper Líder en el kilómetro 22 de la carretera Panamericana “para comprar algo”.
“No importa si es harina, pasta, leche o un lavaplatos, hay que salir y llevarse lo que ofrezcan porque no sabemos cuándo termina de explotar esta crisis y nos quedamos sin nada en casa”, agrega la residente de Los Teques que hace un par de semanas fue víctima de un atraco cuando salía del conjunto residencial Lagunetica, donde motorizados cargaron con su teléfono celular y el poco efectivo que cargaba para pagar los alimentos que encontrara.
–Ahora salgo solo con la cédula, la tarjeta de débito y el efectivo me lo guardo en la media; solo llevo el pasaje en mano (…) Aunque todas las semanas repito el procedimiento, al ser la única que realiza las compras en mi casa donde somos cinco miembros, no tengo reservas de comida, lo que me aterra porque si hay un estallido social nos iremos a comer un cable.
La opinión es compartida por Mireya Montalbán, quien igualmente “marca” las colas a las 4:00 a.m. y hace relevo a las 8:00 a.m. con su hermana, mamá, cuñada e hija para poder ir a trabajar. “Los viernes no valgo ni medio porque vivo en Guaremal y para estar a las 4:00 a.m. en Súper Líder tengo que cuadrar con algún vecino porque para nadie es un secreto la deficiencia del servicio de transporte, lo que me lleva a pararme diariamente a las 3:00 a.m.”, acotó.
Ambos relatos denotan que pese a que está prohibido pernoctar en las afueras de los comercios de los Altos Mirandinos, la realidad es que muchos “acampan” y otros más madrugan para poder entrar a los supermercados, pese a no saber si llegará o no mercancía regulada.
“Es una ruleta rusa”, dijo Maite Querales, quien asegura que hay gente que incluso duerme en la pasarela de la zona “y son esas personas las que venden los números en las filas (…) Aquí se ve de todo cada día, pero la desesperación es tal que uno arriesga hasta la vida por adquirir un kilo de harina a precio regulado porque mi sueldo no me permite pagarlo en Bs. 3.500”.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl