
Fue ordenada la hospitalización de al menos 9 de los pacientes debido a los severos cuadros de deshidratación que presentan los hombres con edades comprendidas entre 55 y 70 años.
Según vecinos, las instalaciones sumaban al menos 50 años de funcionamiento. Situación país hizo mermar la calidad de servicio en materia de alimentación, higiene y medicación de pacientes
Una comisión del Ministerio para la Salud y la Defensoría del Pueblo del estado Miranda encabezó una visita al Sanatorio Mental La Paz, en el municipio Carrizal, el cual fue intervenido y clausurado tras verificar las condiciones de insalubridad en las cuales eran atendidos sus pacientes.
La acción llevó a que 12 hombres fueran trasladados este miércoles hasta el Hospital Victorino Santaella (HVS), donde fue ordenada la hospitalización de al menos 9 de ellos, debido a los severos cuadros de desnutrición y deshidratación que presentan los pacientes con edades comprendidas entre 55 y 70 años.
“Lastimosamente estos hombres parecen indigentes: llegaron mal olientes e incluso con sarna, y nosotros no contamos ni siquiera con yelcos ni antibióticos para atenderlos, por lo que la recomendación es trasladarlos hasta otro sanatorio mental, donde reciban atención especializada y personalizada”, acotó una enfermera consultada, quien detalló que los abuelitos ni siquiera están en capacidad de responder cuál es su nombre.
Trascendió en predios del sanatorio, que según vecinos sumaba al menos 50 años de funcionamiento, que la situación país golpeó la atención que allí se brindaba debido a la escasez de alimentos, medicamentos e implementos de higiene personal, lo que llevaría incluso al deceso de personas por estas causas.
La insistencia en estas denuncias, elevadas incluso por voceros de consejos comunales de la jurisdicción, sería el detonante de la visita sorpresa la mañana de ayer, que horas después incluiría la presencia de una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) Los Teques para determinar la veracidad de los comentarios, y en caso de ser ciertos, determinar si hubo negligencia.
Pese al desalojo de los pacientes, no se acercaron familiares. “Esos abuelitos prácticamente fueron abandonados al cuidado de desconocidos, es lo mismo que hacen en los geriátricos: los llevan con la promesa de visitarlos y luego se desaparecen por lo que es loable la labor de los trabajadores, más con la crisis que estamos atravesando”, dijo Víctor Meléndez, residente de la vía a San Diego de los Altos, quien vio en primera fila desde su casa el procedimiento que se extendió hasta horas del mediodía.
Johana Rodríguez
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Foto. Alfredo Pereira