ño era ignorado por los compradores porque marcaba Bs. 500, lo que era un monto exagerado si se comparaba con el producto regulado que era ofrecido en Bs. 26, ahora vuela de los anaqueles, pese a que cuesta Bs. 4.500.
“Hemos llegado a un punto de desesperación en el cual hay que llevarse lo que se encuentra. Desde el mismo momento que aumentaron por decreto presidencial el bono de alimentación, se sabía que habría una incidencia en todos los productos alimenticios, los cuales seguirán subiendo; no queda más opción que hacer el sacrificio”, opinó Karina López, habitante de Las Cadenas.
Mientras unos optan por llevarse el producto, otros simplemente lo han eliminado de su dieta diaria. “Con la escasez de otros productos no puedo hacer tortas; así que básicamente solo necesito azúcar para los jugos naturales y el café y ya me acostumbré a tomarlos amargos. Al principio es desagradable pero luego deja de pegar en el paladar”, dijo Rogelio Jaspe.
Quienes trabajan vendiendo productos de pastelería sufren más. “El azúcar es vital en mi emprendimiento, por lo cual trato de buscarlo hasta debajo de las piedras el común y corriente porque si subo demasiado el precio de los postres la gente simplemente deja de comprarlos. Ya el más barato marca 900 bolívares y la gente comienza a resentirlo, así como mi bolsillo”, confesó Karinés López, residente de Carrizal.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejlr
