
nflación 1.000 – salario 0. Ese es el balance que hacen muchos altomirandinos de cara a la entrada en vigencia del tercer ajuste salarial en lo que va de año que lleva el sueldo integral de un venezolano a 65 mil 56 bolívares, dinero que sigue siendo insuficiente con respecto al costo de la Canasta Básica Familiar que según el Cendas supera los 400 mil bolívares.
La acción enmarcada en los “lineamientos de la revolución” que inició en el año 1.999 se suma a los otros 33 aumentos que se han realizado desde entonces y que no han podido frenar la inflación en un país donde según los comerciantes las importaciones han caído 90 % y la producción ronda el 30 %.
“Llegará el momento no muy lejano cuando simplemente no tengamos absolutamente nada qué vender porque en el país no estamos produciendo porque no tenemos materia prima, y no podemos importar porque estamos endeudados hasta las metras por la no liquidación de divisas”, confiesa Hernán Prieto, comerciante del centro comercial La Cascada, mall que este jueves 1 de septiembre apenas exhibió algunos clientes caminando por los pasillos.
–Ya vemos que lo que hay en los supermercados es sumamente costoso. Una salsa de tomate supera los mil bolívares comprándola legalmente, qué será entonces caer en manos de un bachaquero (…) Todo se ha salido de control con una acción que en teoría busca beneficiar al pueblo.
Aunque aumentaron los cestatickets, quienes trabajan en entes públicos bien saben “que hay que esperar quién sabe cuántos meses para ver materializado ese aumento; apenas estamos viendo los 18 mil bolívares tras el ajuste anterior; que será ahora que el brinco supera los 40 mil”, confesó un funcionario de la alcaldía de Guaicaipuro, quien señaló que esto se repite en la mayoría de los entes del Estado.

–Desde el Gobierno ponen a parir a los empresarios privados porque a juro tienen que pagar los ajustes, mientras en los entes públicos le dan largas al pago haciendo pasar trabajo a estos empleados que ven cómo todo sube en la calle como reacción a la acción de las autoridades. En el caso de los docentes del estado Miranda hasta hace nada estaban en las calles protestando porque aún estaban cobrando 6 mil bolívares en cestatickets; no habían pasado a los 13 ni 18 mil bolívares, por lo que difícilmente les harán este ajuste de 50 %.
Nada
baja
“Un repuesto para máquina de afeitar que hasta hace menos de dos años costaba 80 bolívares lo vi esta semana en un anaquel de una reconocida cadena de farmacias en 4 mil 300. La alegría me duró bien poco porque prefiero con ese dinero llevarme un poco de jamón y queso para la cena”, confesó Gerardo Pacheco.
–A los pocos locales que uno puede ingresar sin hacer cola lo que da es lástima porque lo poco que tienen en los estantes está carísimo (…) Desde hace más de un año no sé qué es comprar normal y regularmente desodorante y jabón; hasta hace poco llegaba de forma intermitente la pasta dental pero ya volvió a desaparecer, así como el papel higiénico que tengo meses sin ver en los anaqueles. Reaparecieron unos toallines de dudosa procedencia pero son caros y de pésima calidad; el papel se rompe prácticamente al verlo.
Con los saltos inflacionarios amas de casa consultadas temen que antes de que cierre el año el kilo de carne se ubique en Bs. 10 mil. “Hasta hace nada estábamos impactados porque llegó a los mil bolívares y resulta que ahora estamos pagando entre 5 y 6 mil. Es una desgracia cómo todo sube y uno debe acostumbrarse: o lo pagas o lo eliminas de la dieta”, dijo Karelia González, residente de Carrizal.
–Hago el sacrificio de buscar comida hasta debajo de las piedras porque no quiero que mis chamos formen parte de las estadísticas de niños desnutridos y menos de los que mueren por esta causa; sin embargo, es difícil en un país donde los precios suben semanalmente sin que el Gobierno haga algo realmente efectivo para frenar la inflación y la escasez que está desolando a la población criolla.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl