Chile vivía este viernes una violenta jornada de protestas contra el sistema privado de pensiones instaurado por la dictadura de Augusto Pinochet, que después de tres décadas de cotizaciones sitúa la jubilación media por debajo del salario mínimo.
La protesta, que arrancó temprano con la instalación y quema de una veintena de barricadas y el incendio de dos buses del transporte municipal, coincide con una huelga de empleados públicos para exigir un aumento de salarios al gobierno de Michelle Bachelet.
En al menos 27 puntos de la capital, manifestantes encendieron neumáticos y otros objetos, logrando paralizar la circulación de vehículos en varias zonas en la hora punta de la mañana.
Dos buses del transporte público que circulaban con pasajeros también resultaron completamente quemados tras ser atacados con bombas incendiarias, sin provocar heridos.
El movimiento NO+AFP arrancó este año para exigir el fin del sistema privado de pensiones instaurado a inicios de la década de los 80 por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
El sistema fue pionero en instaurar la capitalización individual del trabajador, que lo alimenta con el 10% de su salario, sin contemplar aporte ninguno por parte de la empresa.
AFP