Los bomberos de Oakland trabajaron durante 12 horas sin interrupciones en la noche para ingresar al edificio tras hacer un agujero en un muro
El número de muertos durante un incendio en Oakland, oeste de Estados Unidos, subió el domingo a 24 tras la inspección de un 20% del edificio, donde un colectivo de artistas celebraba una fiesta cuando ocurrió la tragedia, según un balance provisional de la Policía.
«Les he dado el saldo de 24 muertos (pero) ese saldo aumentará», advirtió el sargento de la policía local, Ray Kelly, en una conferencia de prensa.
Inicialmente las autoridades habían reportado 9 muertos durante el siniestro, que se inició el viernes a las 07H30 GMT y cuyas causas aún no se han podido determinar.
El funcionario policial precisó que por el momento solo se había podido notificar a tres familias del deceso de un pariente. La identificación de los cuerpos será larga, explicó Kelly.
Los bomberos de Oakland trabajaron durante 12 horas sin interrupciones en la noche para ingresar al edificio tras hacer un agujero en un muro y luego comenzar a despejar de escombros, explicó una jefa de batallón de bomberos de la ciudad, Melinda Daryton.
La funcionaria dijo que se necesitarán «varios días solo para poder inspeccionar todo el edificio», un depósito transformado en talleres de artistas.
Los bomberos seguían este domingo buscando con gran dificultad los restos de posibles víctimas en el inmueble, cuyo techo quedó completamente derrumbado por el fuego.
«Esperamos lo peor»
Los familiares de los reportados desaparecidos, de entre 20 y 30 años y algunos extranjeros, esperaban ansiosos noticias.
«Tememos que haya más víctimas. Cuántas no sabemos, pero esperamos lo peor», había advertido Kelly la noche del sábado.
En las primeras horas del incendio la policía había estimado en unas 40 las víctimas mortales.
Cerca del lugar del siniestro, se estableció un centro de atención a familiares de las víctimas y para recolectar información sobre los desaparecidos.
Amigos y familiares de los asistentes a la fiesta recurrieron a redes sociales, especialmente Facebook, para encontrar noticias sobre sus seres queridos.
«Por favor, dime que estás a salvo», escribió una mujer que agregó en un mensaje el nombre de un amigo, mientras que otros posteaban plegarias.
Dan Vega creía el sábado por la noche que su hermano de 22 años y una amiga podían estar entre las víctimas. El joven pensaba que la pareja había asistido a un concierto, pero no estaba seguro. «Eso es lo que parece», dijo.
No había una salida
El fuego fue controlado en la mañana del sábado por equipos que rastrearon los escombros en búsqueda de víctimas, señalaron los bomberos.
Las autoridades dijeron que el edificio, donde trabajaba y vivía un grupo de artistas, carecía de permisos para ser habitado o usado como centro de trabajo, así como para relaizar fiestas, además de que no tenía detectores de humo ni extinguidores.
La jefa de bomberos de Oakland, Teresa Deloach-Reed, había explicado el sábado que la mayoría de las víctimas del incendio murieron en el piso superior del depósito conocido como «La nave fantasma de Oakland».
El fuego «debió propagarse muy rápidamente», afirmó.
Aún no se sabe qué pudo haber provocado el incendio en la fiesta de música electrónica en la que participaba el músico electrónico Golden Donna, alias Joel Shanahan, y a la que se estima acudieron entre 50 y 100 personas.
La bodega tenía varias mamparas que habían sido añadidas y una escalera construida de manera provisional, unos cambios a la estructura que hicieron extremadamente difícil que la gente pudiera escapar del fuego, dijo Reed.
«No había una entrada verdadera o una vía de salida», indicó la jefa de bomberos.
Oakland es una ciudad de 420.000 habitantes situada frente a San Francisco, en el este de la bahía del mismo nombre.
A pesar de que durante un tiempo la acompañó una fama de ciudad insegura, actualmente atrae a sectores más acomodados que buscan pagar alquileres más baratos que en San Francisco.
El 20 de febrero de 2003 un incendio desatado por fuegos artificiales en una discoteca de West Warwick, noreste de Estados Unidos, le costó la vida a cien personas.
El incendio más mortífero a nivel nacional se remonta a 1903, cuando 602 personas perecieron en el Iroquois Theater de Chicago.
AFP