Las modernas investigaciones en neurociencias desmontan completamente la idea de que mente y cuerpo son dos entidades separadas. Existe una estrecha e indisoluble vinculación entre ambos.
El tipo de pensamientos y emociones que tenemos desencadena torrentes de neuropéptidos y hormonas que modifican nuestro metabolismo y nuestra capacidad de percepción.
A su vez los neuropéptidos, neurotransmisores y hormonas, que son mensajeros biológicos, favorecen la tendencia a crear determinado tipo de pensamientos y emociones, Esto indica que la sicología modifica la biología. Esta a su vez tiende a reproducir determinados patrones mentales y emocionales.
Cuando estos patrones muestran desequilibrio y se mantiene en el tiempo, pueden llegar a causar trastornos e incluso enfermedades. Nos encontramos en la era de lo psicosomático, y muchos profesionales de la salud tratan ya a la mente y al cuerpo como un todo indivisible.