La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) publicó recientemente un estudio en el que se ahonda sobre estos y otros datos, que confirman que el país está en presencia de una dramática crisis humanitaria, más aún cuando alrededor del 52 % de los hogares se encuentra en situación de pobreza extrema.
Tres de cada cuatro venezolanos, es decir, 72,7 % de las 6.500 familias encuestadas, perdió entre ocho y nueve kilos durante 2016. Imágenes de familias que hurgan en basureros para poder comer son cada vez más frecuentes en Venezuela. La encuestadora More Consulting sostiene luego de un estudio realizado en el tercer trimestre de 2016, que 15,7 % de los venezolanos ingiere desperdicios que son dejados en establecimientos de comida.
El mismo estudio también señala que 14 % de la población (4,5 millones) come sólo una vez por día, mientras que 41 % lo hace dos (9 millones). Asimismo, 88,9 % de los venezolanos aseguraron tener miedo a quedarse sin alimentos y 16,5 millones, es decir, 53,9 % de la población se va a dormir con hambre.
La única medida presentada por el gobierno central para buscarle solución a la crisis alimentaria fueron los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), pero al contrastar las cifras de su alcance, el drama cobra mayor impacto, ya que sólo 13,6 % de la población dice tener acceso a esta política gubernamental, cuya periodicidad en la distribución de alimentos está entre 1 y 3 meses.
Miranda Contra el Hambre
Para intentar paliar la crisis, el Gobierno regional implementó “Miranda Contra el Hambre”, una iniciativa que persigue la distribución de alimentos como proteínas, verduras y vegetales, asesoría nutricional y alimenticia, además de atención médica.
Raúl López, secretario para el Progreso Económico de la entidad, informó que uno de los problemas que enfrenta la mayoría de los venezolanos es la disminución de proteínas de la dieta. “La ausencia de carne, pollo y pescado de las mesas hay que enfrentarlo. Por eso en cada ‘toma’ que realizamos en las comunidades nos ocupamos en cubrir principalmente el tema alimenticio, enfocándonos en las proteínas”, dijo.
Explicó que las jornadas son ejecutadas en sectores populares, consolidados o en situación de pobreza crítica. “El plan tiene varias facetas. Hay comunidades a las que llevamos alimentos que se venden a precios solidarios, pero otras en las que no hay capacidad de compra. En estos casos, el Gobierno de Miranda hace el subsidio directamente de la comida y la entrega. Los casos más dramáticos queremos incluirlos en el plan Hambre Cero para que tengan la asignación gratuita de alimentos mensualmente”.
Los operativos también incluyen otros servicios. Salud Miranda, por ejemplo, realiza jornadas odontológicas, toma de tensión, despistaje de anemia, vacunación, además de evaluación y charlas en materia nutricional; Juventud Miranda y Participación Ciudadana, organiza roperos para asistir en cuanto a vestimenta y calzado; Desarrollo Social, ofrece barbería gratuita; Mantenimiento Miranda, ejecuta limpieza en las áreas de cada parroquia visitada; mientras que Mujeres Miranda brinda asesoría legal.
Las cifras
En cuatro jornadas de Miranda contra el Hambre se han vendido 2800 kilos de proteínas (carne, pollo) además de queso.
510 familias han sido atendidas y de ese total 242 hogares han recibido alimentos subsidiados por el Gobierno de Miranda y luego de una evaluación integral, han sido insertos a los programas sociales del Ejecutivo regional.
Más acciones solidarias
Miranda Contra el Hambre no es el primer programa implementado por el gobierno regional para buscar solución a la crisis alimentaria, ya que en el periodo vacacional de 2016 se activó Escuela Solidaria, que consistió en abrir 122 planteles educativos durante el receso escolar. 141 mil almuerzos fueron entregados a 8 mil niños durante las cinco semanas de la iniciativa.
Martín Sojo
