Científicos catalanes diseñaron el primer fotofármaco, denominado como JF-NP-26, el cual que se ve activado por la luz y ofrece potenciales aplicaciones terapéuticas para tratar el dolor.
Investigadores del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Barcelona, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) y del Instituto de Química Avanzada de Cataluña han colaborado en el diseño de este fármaco, en un trabajo con modelos animales y que se ha publicado en la revista eLife.
En esta nueva propuesta de optofarmacología, un medicamento con un mecanismo conocido, como un analgésico, se modifica químicamente para hacerlo fotosensible e inactivo.
Este fotofármaco se activa cuando es irradiado por un haz de luz, dirigido mediante una fibra óptica, de una longitud de onda apropiada y con precisión milimétrica sobre el tejido diana (cerebro, piel o articulaciones).
El fotofármaco JF-NP-26 es lo que se denomina un «photocaged», que significa una molécula enmascarada químicamente e inactiva, que se activa mediante la luz.
El JF-NP-26 es una molécula que, cuando se administra a un animal, no tiene ningún efecto farmacológico hasta que el tejido diana es irradiado con luz del espectro visible (región del espectro electromagnético que el ojo humano es capaz de percibir).