
Pese a que más de 11 mil centros de atención médica, de los 13 mil existentes en el país, recogen, analizan y envían a los niveles regional y central la información sobre el comportamiento de las distintas enfermedades, el ministerio de Salud lleva cerca de dos años sin publicar el boletín epidemiológico, ya que la última vez que lo hizo fue en agosto de 2015.
Lo grave de todo esto es que pese a que la información está disponible no se comparte públicamente la misma. “Nos guste o no, los números son la base fundamental que permite evaluar objetivamente la verdadera realidad de un hecho. Es lamentable que se invierta talento humano, tiempo y dinero en recabar estos datos y que no sean compartidos con la colectividad, ni como el mundo científico”, afirmó Maggia Santi, directora general de Salud Miranda.
Las estadísticas y los datos de salud y sus estimaciones, equivalen, por decirlo en forma sencilla, a la boleta de calificaciones durante el período de estudio, representan la forma más robusta, objetiva y clara de la situación de salud de cualquier grupo humano. Son el mejor y más fuerte indicador, en los aspectos médico y sanitario de un país. Ya que indican, como los riesgos van cambiando para su análisis.
Cuando el número de personas que enferman o fallecen por enfermedades infecciosas, e inclusive de otras condiciones de salud, como el embarazo, el parto y el puerperio; muestran niveles normales o bajos, los riesgos se puede decir que están controlados, “pero cuando se muestran en marcado aumento, se deberían encender las alarmas y hacer profundas reflexiones, para ofrecer correctivos: políticos, económicos, sociales, académicos, sanitarios y por supuesto éticos y morales, ya que no atender el problema es violar los derechos humanos de las afectados.
Las estadísticas en salud no son simples números que se puedan relacionar con algún aspecto particular. Muchos investigadores las usan para evaluar y verlos patrones de las enfermedades en las comunidades.
“Ayudan a estudiar,evaluar y conocer, quién está en riesgo, pero lo más importante es: encontrar las mejores formas de controlarlas y decidir cuáles son las de abordaje prioritario,así como determinar las actividades y recursos materiales, financieros y humanos requeridos para su abordaje”, refirió Santi./NDP