Las dolorosas vacunas antigripales posiblemente pasarán a la historia gracias a la invención de un diminuto parche punzante de característica disoluble.
Los resultados de la primera fase de ensayo clínico, que fueron publicados en la revista médica The Lancet, consideraron que la invención es “bien tolerada” y segura de usar.
“Es realmente muy pequeño, apenas si puedes verlo”, apuntó la doctora Nadine Rouphael, profesora asociada de la Escuela de Medicina de la Universidad Emory y autora principal de la prueba clínica.
Según la revista, este parche está conformado por 100 microagujas que suministran la vacuna cuando se presiona sobre el brazo, lo que disminuye el tradicional dolor de la aguja.
“Cuando te lo pones y haces suficiente presión para asegurarte de que las microagujas realmente penetrarán la piel oyes como un sonido. Luego de unos minutos, removemos el parche. En ese momento, las microagujas se habrán disuelto por completo entre la piel, junto con la vacuna”, expresó.
Rouphael, creadora de las pruebas químicas iniciales de esta innovación en materia de salud, aseguró que la vacuna en forma de parche es capaz de inducir una respuesta inmune similar a la inyección y que el medicamento puede ser aplicado por la misma persona que lo requiera.