Esperan pacientes la llegada del camión cada tarde. Se sientan en la acera adyacente al supermercado, en plano centro de Carrizal; saben que pasadas las 6:00 de la tarde llegará la compactadora y que los encargados del local comercial sacaran los desperdicios.
“Para nosotros es desechos, para ellos comida”, reseña uno de los trabajadores del local mientras observa como una docena de niños y adultos aborda, con permiso del chofer, la unidad para extraer lo que puedan comer.
La escena no es nueva, de hecho se repite día tras días desde finales del año pasado. El conductor del camión de aseo admite que con mucha tristeza les permite a estas familias hurgar “mientras que no rieguen los desperdicios en la calle”.
En bolsas plásticas meten las sobras de hortalizas, frutas y otros desperdicios del supermercado, ubicado en la avenida Sucre de Carrizal. A la misma hora otro grupo hace lo mismo en la calle Bolívar, adyacente a la sede de la alcaldía local.
La situación, que se repite en todo el país, encendió las alarmas de las autoridades locales, llevando al alcalde José Luis Rodríguez a crear el programa “Carrizal Solidario” en el que cada viernes preparan alimentos para vecinos necesitados.
“Iniciamos atendiendo 100 personas, hoy día se les garantiza una comida caliente a más de 400 cada viernes”, explica el burgomaestre. En las inmediaciones del ayuntamiento se acondiciona un terreno donde colaboradores preparan hasta 150 litros de sopa.
Desde temprano hacen filas niños, adultos y ancianos a la espera de que esté listo el hervido. “Vengo de Guaremal –barrio de Los Teques-, me hablaron de esta ayuda y desde entonces vengo todos los viernes”, reseña uno de los comensales.
No se trata de personas en situación de calle, por el contrario son familias que por la grave crisis que atraviesa el país no están comiendo. “Tengo mi trabajo, gano sueldo mínimo, pero cuando cobro me alcanza máximo para comida para 3 días”, reseña una de las asistentes.
Piden que otras alcaldías como la de Guaicaipuro se sumé a programas como este. “En Los Teques hubo un comedor popular que fue derribado por el Metro y nunca más construido, que falta hace en estos días”, reseña otro de los beneficiados.
El programa funciona los viernes, por lo que el resto de la semana la escena de niños, mujeres, ancianos hurgando entre la basura e incluso comiendo en las aceras se sigue repitiendo en todo las ciudades y pueblos del estado.
Daniel Murolo
